Obviamente, el objetivo de los grandes operadores es mantener la onda positiva por lo menos hasta fin de semana en los tren paneles principales (DJ, Standard & Poor’s, Nasdaq compuesto). Especialmente, porque el deterioro político de George W.Bush y la mala salud de su neurona, el vicepresidente Richard Cheney, se combinan con una inesperada alza del oro y un dólar inestable.
Las maniobras especulativas incluyen un curioso análisis de Goldman Sachs (en 2000, esta firma era campeona de la efímera “nueva economìa”), sorpresivamente muy favorable a General Motors. Justo a horas de que Ford confirmase una amplia eliminación de puestos laborales de ahora a 2008.
Entretanto, expertos distantes de la “euforia a medida” recuerdan que la onda alcista lleva ya, en rigor, cuatro años y medio. “Hay señales de agotamiento”, sostienen por lo menos tres consultores bursátiles; entre ellos, el ácido Stephen Roach.
En el campo opuesto, gurúes a sueldo de la agencia Bloomberg’s (cuyo epónimo, el ortodoxo Michael, aspira a ser presidente) proponen una oportuna teoría: si la plaza consigue mantener sobre los 11.000 puntos de DJ, mucha gente volverá a confiar e invertir.
Ni siquiera el “Wall Street Journal” exhibe tanta fe. Quizá porque recuerda que 2006 es año de elecciones parlamentarias y uno de los alfiles de Bush, el diputado Thomas DeLay, ha dimitido como jefe de la bancada oficialistas, en medio de un escándalo que salpica a los poderes legislativo y ejecutivo.
Obviamente, el objetivo de los grandes operadores es mantener la onda positiva por lo menos hasta fin de semana en los tren paneles principales (DJ, Standard & Poor’s, Nasdaq compuesto). Especialmente, porque el deterioro político de George W.Bush y la mala salud de su neurona, el vicepresidente Richard Cheney, se combinan con una inesperada alza del oro y un dólar inestable.
Las maniobras especulativas incluyen un curioso análisis de Goldman Sachs (en 2000, esta firma era campeona de la efímera “nueva economìa”), sorpresivamente muy favorable a General Motors. Justo a horas de que Ford confirmase una amplia eliminación de puestos laborales de ahora a 2008.
Entretanto, expertos distantes de la “euforia a medida” recuerdan que la onda alcista lleva ya, en rigor, cuatro años y medio. “Hay señales de agotamiento”, sostienen por lo menos tres consultores bursátiles; entre ellos, el ácido Stephen Roach.
En el campo opuesto, gurúes a sueldo de la agencia Bloomberg’s (cuyo epónimo, el ortodoxo Michael, aspira a ser presidente) proponen una oportuna teoría: si la plaza consigue mantener sobre los 11.000 puntos de DJ, mucha gente volverá a confiar e invertir.
Ni siquiera el “Wall Street Journal” exhibe tanta fe. Quizá porque recuerda que 2006 es año de elecciones parlamentarias y uno de los alfiles de Bush, el diputado Thomas DeLay, ha dimitido como jefe de la bancada oficialistas, en medio de un escándalo que salpica a los poderes legislativo y ejecutivo.