Antes de anunciar en septiembre sus planes de salir al mercado, sus acciones cotizaban en el mercado privado a, justamente, US$ 26. Eso da a la compañía una valuación de US$ 18.000 millones.
Twitter deseaba no crear un clima de grandes expectativas con relación a su OPI para evitar los tropiezos que sufrió Facebook cuando atravesó el mismo proceso. La semana pasada fijó una modesta franja para el precio inicial que iba entre los US$ 17 y los US$ 20 por su oferta.
Ante la demanda de los inversores, elevó la franja en los últimos días como empresa privada hasta que al cierre del miércoles fijó el precio final luego de deliberaciones con su grupo de banqueros, que incluye a Goldman Sachs, Morgan Stanley y JPMorgan Chase. Hoy jueves, los ejecutivos de Twitter se reunirán en la Bolsa de Nueva York para efectuar el lanzamiento de la venta pública de acciones TWTR. Todo está calculado para no sufrir los descalabros de Facebook en el Nasdak.
Se calcula que las acciones van a atraer a muchos inversionistas al comenzar a cotizar hoy en el parqué de la Bolsa de Nueva York luego de semanas en las que se fue creando la mayor expectativa desde la OPI de Facebook en mayo 2012. Pero lo primordial para Twitter, dicen voceros allegados a la compañía, es evitar repetir el comportamiento de las acciones de Facebook en las semanas siguientes a su OPI, cuando las acciones de la red social bajaron a casi la mitad en las primeras semanas de flotación.
De todas maneras, no se puede ignorar el escepticismo de algunos analistas ante la realidad de que la red de los 140 caracteres todavía no es rentable. Pero, diferencia de lo que ocurrió en los días previos a la oferta de Facebook, lo que miran los inversores interesados en Twitter no es la capacidad de la compañía para hacer dinero con su negocio móvil, sino su tasa de crecimiento.
No les interesa tanto la capacidad de la empresa para sacar nuevos productos, como si podrá crecer hasta conseguir el tamaño de Facebook. La realidad es que hay dudas. De entrada, la capitalización de Twitter supone cerca de 26 veces sus ingresos en el último año, ratio similar al de la salida a bolsa de la red social de Mark Zuckerberg. Es una cifra impresionante para una compañía de ocho año de edad, especialmente si no es rentable, como le sucede a Twitter.
En concreto, pese a que duplicó su facturación de julio a septiembre (hasta 169 millones de dólares), las pérdidas se multiplicaron por tres en el mismo periodo, alcanzando los US$ 64,4 millones. Encadena ya once trimestres consecutivos en números rojos. Los analistas no esperan beneficios hasta, al menos, 2015. En el otro lado de la balanza, es alentador que 76% de los usuarios acceda a través de dispositivos móviles, que representan 70% de sus ingresos por publicidad.
Esto es una excelente noticia en un contexto en el que la duda sobre el sector se refiere a su capacidad para monetizar la información personal que almacena en sus servidores. A esto se suma que su base de usuarios asciende a un ritmo meteórico, pues sólo en el último año ha escalado 39%, alcanzando los 230 millones.
Estos números llevan a firmas como IGMarkets a augurar que la capitalización bursátil de la firma alcance los US$24.900 millones durante el día de hoy, lo que supone un precio de unos US$44 por acción. Otras como Topeka Capital calculan un precio objetivo de US$ 54 por título.