Los crudos rozaron récords de US$ 120 (tejanos livianos, Nueva York) y 116,85 (Brent nórdico, Londres). En el primer caso, el nivel cedió un dólar pero, en el segundo, lo hizo a 116,70.
Amén del alto ingrediente especulativo en ese mercado y el de alimentos –vía futuros, opciones y fondos de cobertura-, se combinaron este fin de semana factores inmediatos. Vale decir, inactividad en el poliducto de British Petroleum que bombean de Canadá a EE.UU., violencia en Nigeria (perturba la exportación) y huelga en refinerías inglesas.
Resulta inexplicable que, pese a todo eso y, ahora, advertencias de Warren Buffett sobre “mercados por demás optimistas”, Wall Street insista en evitar cierre negativos, como si la bolsa fuese la clave de la economía física. Pero ésta queda mejor reflejada en otros planos. Tal, por ejemplo, la actitud de los consumidores según trasunta la encuesta Reuters/universidad de Michigan. Su índice final de abril marca la profundización de tendencias recesivas. En efecto, cae de 69,5 puntos en marzo a 62,6 en abril; vale decir, 9,9%. La cifra es apenas superior a los 62 puntos registrados en marzo de 1982.
En aquel momento, Estados Unidos era castigado por un fenómeno “novedoso”, la estanflación. En el frente externo, poco después, Mexico se declaraba en cese de pagos, desencadenando una crisis internacional. Al respecto, Henry Kissinger sostuvo en “Newsweek” que “los problemas son demasiado graves como para dejarlos en manos de banqueros y operadores”.
El informe adjunto al sondeo explica que “cada vez más personas señalan que su situación es, por cierto, la peor en dos decenios debido a alzas en alimentos y combustibles”. Esos factores se combinan con menos ingresos de bolsillo y baja de valores inmobiliarios”. Nueve de cada diez consumidores consultados creen que ya empezó la recesión.
En lo tocante a inflación, la misma fuente revela que hay expectativas de 4,8% anual, contra 4,3% en marzo. En este caso, es la mayor cifra desde octubre de 1990.
Los crudos rozaron récords de US$ 120 (tejanos livianos, Nueva York) y 116,85 (Brent nórdico, Londres). En el primer caso, el nivel cedió un dólar pero, en el segundo, lo hizo a 116,70.
Amén del alto ingrediente especulativo en ese mercado y el de alimentos –vía futuros, opciones y fondos de cobertura-, se combinaron este fin de semana factores inmediatos. Vale decir, inactividad en el poliducto de British Petroleum que bombean de Canadá a EE.UU., violencia en Nigeria (perturba la exportación) y huelga en refinerías inglesas.
Resulta inexplicable que, pese a todo eso y, ahora, advertencias de Warren Buffett sobre “mercados por demás optimistas”, Wall Street insista en evitar cierre negativos, como si la bolsa fuese la clave de la economía física. Pero ésta queda mejor reflejada en otros planos. Tal, por ejemplo, la actitud de los consumidores según trasunta la encuesta Reuters/universidad de Michigan. Su índice final de abril marca la profundización de tendencias recesivas. En efecto, cae de 69,5 puntos en marzo a 62,6 en abril; vale decir, 9,9%. La cifra es apenas superior a los 62 puntos registrados en marzo de 1982.
En aquel momento, Estados Unidos era castigado por un fenómeno “novedoso”, la estanflación. En el frente externo, poco después, Mexico se declaraba en cese de pagos, desencadenando una crisis internacional. Al respecto, Henry Kissinger sostuvo en “Newsweek” que “los problemas son demasiado graves como para dejarlos en manos de banqueros y operadores”.
El informe adjunto al sondeo explica que “cada vez más personas señalan que su situación es, por cierto, la peor en dos decenios debido a alzas en alimentos y combustibles”. Esos factores se combinan con menos ingresos de bolsillo y baja de valores inmobiliarios”. Nueve de cada diez consumidores consultados creen que ya empezó la recesión.
En lo tocante a inflación, la misma fuente revela que hay expectativas de 4,8% anual, contra 4,3% en marzo. En este caso, es la mayor cifra desde octubre de 1990.