El Instituto de Finanzas Internacionales informó que la deuda emitida por empresas del mercado emergente durante la primera mitad del año creció en US$ 1.600 millones mientras las firmas siguen aprovechando un creciente apetito por la deuda del mercado emergente, que por lo general rinde más ganancias que la deuda comparable emitida por compañías de los mercados desarrollados.
El aumento más pronunciado en emisión de deuda proviene de China, Arabia Saudita y Polonia.
Ante la creciente probabilidad de que los bancos centrales podrían comenzar a ajustar sus políticas, los tomadores de préstamos corren a aprovechar las tasas bajas.
Los gobiernos esperan que eso sea bueno para la economía global y que los fondos logrados se usen para la inversión privada, lo que a su vez aumentará el crecimiento y el empleo. Sin embargo, una mirada a los mayores emisores brinda un panorama poco alentador.
Casi la mitad de toda la actividad se produce entre firmas financieras. Las grandes empresas estatales, como Pemex y Sinope, vienen de un festival de toma de préstamos. Y las empresas están acumulando deuda para pagar compras. Entonces, lejos de estimular el crecimiento, las tasas bajas parecen seguir dando aire a empresas medio muertas y fomentando la ingeniería financiera.