viernes, 27 de diciembre de 2024

Corridas para que Portugal no siga a Irlanda

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Una jornada de furia contra ajustes ortodoxos azotaba Gran Bretaña, Portugal –próximo candidato a la insolvencia-, Italia, Francia e Irlanda. En Nueva York, el econometrista Neil Shah es claro: “Las medidas de austeridad debilitarán aun más a Dublin”.

<p>En un cruce m&uacute;ltiple de teleconferencias con eje en Bruselas, Fr&aacute;ncfort, Londres, Lisboa y Roma, gobiernos, comisi&oacute;n europea y Banco Central Europeo buscaban frenar algo casi inevitable: el cese de pagos portugu&eacute;s. Tratando se disimular otra crisis pol&iacute;tica colectiva, Jean-Claude Trichet hablaba de &ldquo;consultas t&eacute;cnicas normales&rdquo;.<br />
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Sobre la mesa de la Eurozona, empero, se pusieron entre mi&eacute;rcoles y jueves &ldquo;todas las opciones disponibles para proteger la moneda &uacute;nica&rdquo;, se&ntilde;alaban Jean-Claude Juncker (Eurogrupo, o sea veintis&eacute;is ministros de hacienda) y Jos&eacute; Manoel Dur&atilde;o Barroso (portugu&eacute;s que preside la CE). Justamente &eacute;ste confes&oacute; que &ldquo;la ra&iacute;z de todos estos problemas es pol&iacute;tica y social&rdquo;. Una clave es si Alemania aceptar&aacute; establecer una especie de &ldquo;reserva federal embrionaria&rdquo; para gestionar un fondo pro rescates por &euro; 750.000 millones. <br />
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La pasividad teutona refleja una convicci&oacute;n inquietante: el impuesto al negocio financiero &ndash;para financiar ese fondo- &ldquo;pondr&aacute; a prueba la credibilidad del propio euro como instrumento de gesti&oacute;n&rdquo;. As&iacute; teme el suizo Josef Ackermann, presidente del Deutsche Bank y duro monetarista, cuyo amigo Alex Weber encabeza el Bundesbank y aspira al BCE.<br />
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No se trata ya s&oacute;lo de la contabilidad griega falsificada por Goldman Sachs, ni del crac bancario irland&eacute;s ni de la burbuja inmobiliaria espa&ntilde;ola ni del desgobierno italiano. Ahora se duda de que ulteriores inyecciones de liquidez , estilo Reserva Federal, logren esterilizar un contagio capaz de alcanzar tanto la Uni&oacute;n Europea como las econom&iacute;as externas del lejano norte (Islandia, Noruega), el este y el sudeste europeo salvo Rusia.<br />
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Pocos creen, en verdad, que el actual mecanismo de salvamento &ndash;expira en 2013- evite un efecto domin&oacute; de ra&iacute;z sociopol&iacute;tico. La dirigencia de varios pa&iacute;ses le tiene horror a una constante repetici&oacute;n de im&aacute;genes violentas en la televisi&oacute;n o, como indica la consultor&iacute;a Eurasia Group, a redes sociales convertidas en promotoras de disturbios.<br />
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Volviendo a Irlanda y Portugal, Shah sostiene que las nuevas medidas pondr&aacute;n en mayor riesgo la econom&iacute;a insular, &ldquo;que nunca fue un tigre ni un emblema de globalizaci&oacute;n, pues no pas&oacute; del sector financiero&rdquo;. Con cierta ingenuidad, Bruselas supone factible recortar el d&eacute;ficit irland&eacute;s de 64 a 3% del producto bruto interno. &ldquo;Primero, es un margen imposible; segundo, ese 3% es un mito, el pacto de Maastricht (1992)&rdquo;.<br />
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En verdad, &ldquo;estas severas medidas debilitar&aacute;n la econom&iacute;a real y disminuir&aacute;n la propia recaudaci&oacute;n fiscal, necesaria precisamente para cubrir la enorme deuda p&uacute;blica. Cabe recordar &ndash;apunta el analista- que Irlanda ha eliminado en 2009/10 casi &euro; 15.000 millones o sea 9% del PBI. Hoy este desagio se combina con seis bancos privados al borde del crac&rdquo;.<br />
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