En los próximos tres años serán revisados y rediseñados los estatutos del instituto que, entre otras cosas, dejará atrás las inversiones especulativas para concentrarse en la consultoría financiera y los servicios de pago para el clero, las diócesis y los empleados del Vaticano.
El sacerdote George Pell, cardenal y secretario de Economía del Vaticano, presentó un paquete de medidas para profundizar las reformas impulsadas por el Papa.
Con la creación de un Consejo para la Economía, del cual depende la secretaría presidida por el cardenal, se concentraron todas las estructuras financieras del Vaticano que hasta ahora se encontraban dispersas en varias oficinas.
Ese proceso se profundizó gracias a un decreto papal que prácticamente desmanteló la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA), cuya Sección Ordinaria fue traspasada bajo la dependencia de la Secretaría de Economía.
En la rendición de cuentas de 2013 la institución financiera del Vaticano informa que ha bloqueado 1.329 cuentas individuales y otras 762 de clientes institucionales, lo que viene a suponer la cancelación de unas 3.000 relaciones con clientes. “Gracias a esta decisión”, según el todavía director – el abogado alemán Ernst von Freyberg–, “el IOR ahora se centra solo en instituciones católicas, clero, empleados o antiguos empleados del Vaticano, así como de Embajadas y diplomáticos acreditados ante la Santa Sede”. En total, el IOR posee 15.495 clientes con unos activos totales de 6.000 millones de euros. 3n 2013 los beneficios netos cayeron a €2,9 millones (US$ 3,9 millones), después de los €86,6 millones registrados en 2012. En la primera mitad de 2014 las cifras mejoraron y se registraron unos beneficios netos de €57,5 millones.