Según datos del New York stock exchange (Nyse), Gail Edmonds superó hasta 75 veces sus límites operativos, antes de que sus superiores la descubrieran y la echasen en 2003. Pero el asunto fue mantenido en reserva –también por el mercado de futuros y opciones- y recién se conoce ahora, vía la entidad bursátil.
Tras meses de investigaciones, el Nyse le impuso a Citigroup una multa de US$ 500.000 por deficiente supervisión de operaciones con metales preciosos. De paso, sacó a relucir el asunto.
Es otro caso de contralores laxos, algo bastante común mientras Sanford Weill estuvo en la presidencia ejecutiva de la entidad. Ya en 2000, una auditoría interna del banco notó irregularidades y pobre supervisión en aquel departamento. Pero se hizo poco para remediar el problema, como sostiene ahora el Nyse.
“Los procedimientos adoptados por Citigroup –señala el documento- no aportaban un control adecuado sobre operaciones ni una verificación de precios”, afirma el Nyse. “Como resultado, el banco no descubrió los delitos de Edmonds hasta un año luego de perpetrados”. En rigor, eso ocurrió recién en enero de 2003, después de indagaciones sobre precios hechas por grandes clientes. Por entonces, la aprovechadora había cerrado tratos que le significaban al banco obligaciones por US$ 331 millones en oro y plata. En diciembre de 2002, verbigracia, manejaba posiciones en descubierto por US$ 373 millones.
Charles Prince, sucesor y amigo de Weill, impuso controles más estrictos, sólo que recién en 2005 y luego de que Citigroup pagase más de US$ 5.000 millones en acuerdos regulatorios y judiciales. Por ejemplo, la Reserva Federal multó a la entidad por irregularidades en fusiones y adquisiciones. Desde entonces, las acciones de rivales como Bank of America o JP Morgan Chase valen bastante más que las del gigante.
De acuerdo con el Nyse, Edmonds transaba oro, plata y monedas tales como águilas norteamericanas, hojas de arce canadienses, pandas chinos y krugerrande. Sduc clientes incluían clientes minortsa e intermdiarios.
Según datos del New York stock exchange (Nyse), Gail Edmonds superó hasta 75 veces sus límites operativos, antes de que sus superiores la descubrieran y la echasen en 2003. Pero el asunto fue mantenido en reserva –también por el mercado de futuros y opciones- y recién se conoce ahora, vía la entidad bursátil.
Tras meses de investigaciones, el Nyse le impuso a Citigroup una multa de US$ 500.000 por deficiente supervisión de operaciones con metales preciosos. De paso, sacó a relucir el asunto.
Es otro caso de contralores laxos, algo bastante común mientras Sanford Weill estuvo en la presidencia ejecutiva de la entidad. Ya en 2000, una auditoría interna del banco notó irregularidades y pobre supervisión en aquel departamento. Pero se hizo poco para remediar el problema, como sostiene ahora el Nyse.
“Los procedimientos adoptados por Citigroup –señala el documento- no aportaban un control adecuado sobre operaciones ni una verificación de precios”, afirma el Nyse. “Como resultado, el banco no descubrió los delitos de Edmonds hasta un año luego de perpetrados”. En rigor, eso ocurrió recién en enero de 2003, después de indagaciones sobre precios hechas por grandes clientes. Por entonces, la aprovechadora había cerrado tratos que le significaban al banco obligaciones por US$ 331 millones en oro y plata. En diciembre de 2002, verbigracia, manejaba posiciones en descubierto por US$ 373 millones.
Charles Prince, sucesor y amigo de Weill, impuso controles más estrictos, sólo que recién en 2005 y luego de que Citigroup pagase más de US$ 5.000 millones en acuerdos regulatorios y judiciales. Por ejemplo, la Reserva Federal multó a la entidad por irregularidades en fusiones y adquisiciones. Desde entonces, las acciones de rivales como Bank of America o JP Morgan Chase valen bastante más que las del gigante.
De acuerdo con el Nyse, Edmonds transaba oro, plata y monedas tales como águilas norteamericanas, hojas de arce canadienses, pandas chinos y krugerrande. Sduc clientes incluían clientes minortsa e intermdiarios.