En otras palabras, Citi les impidió a los inversores sacar su dinero de CSO, especializado en títulos norteamericanos y europeos. En ese momento, el público intentaba extraer más de 30% de activos por US$ 500 millones. Ya en 2007, el banco inyectó cien millones para compensar pérdidas por 11% de los activos.
Los líos comenzaron cuando, en junio, Pickett emitió una orden por varios millones de bonos, cuyo volumen excedía los límites impuestos por Citi.En cuanto a CSO, es relativamente chico y opera desde Londres, una plaza por demás tolerante para ese tipo de maniobras. Pero la suerte del fondo hizo preguntarse a muchos si Citigroup supervisa apropiadamente a estos operadores.
CSO es, pues, otra mácula para la división inversiones alternativas del grupo, que administra fondos de cobertura (derivados) y extrabursátiles (compras apalancadas). De paso, el episodio evidencia la poca sensatez de instituciones e inversores acaudalados respecto de sus colocaciones.
El fondo ahora en apuros se creó en 1999 con capital propio de Citigroup. En 2004 empezó a aceptar inversores externos, que ahora son mayoría. Por lo menos, hasta la crisis que acabó con Pickett, fundador de CSO. Como es habitual, tenía “sólida reputación” en Londres y Nueva York. Pero obviamente no la merecía.
En otras palabras, Citi les impidió a los inversores sacar su dinero de CSO, especializado en títulos norteamericanos y europeos. En ese momento, el público intentaba extraer más de 30% de activos por US$ 500 millones. Ya en 2007, el banco inyectó cien millones para compensar pérdidas por 11% de los activos.
Los líos comenzaron cuando, en junio, Pickett emitió una orden por varios millones de bonos, cuyo volumen excedía los límites impuestos por Citi.En cuanto a CSO, es relativamente chico y opera desde Londres, una plaza por demás tolerante para ese tipo de maniobras. Pero la suerte del fondo hizo preguntarse a muchos si Citigroup supervisa apropiadamente a estos operadores.
CSO es, pues, otra mácula para la división inversiones alternativas del grupo, que administra fondos de cobertura (derivados) y extrabursátiles (compras apalancadas). De paso, el episodio evidencia la poca sensatez de instituciones e inversores acaudalados respecto de sus colocaciones.
El fondo ahora en apuros se creó en 1999 con capital propio de Citigroup. En 2004 empezó a aceptar inversores externos, que ahora son mayoría. Por lo menos, hasta la crisis que acabó con Pickett, fundador de CSO. Como es habitual, tenía “sólida reputación” en Londres y Nueva York. Pero obviamente no la merecía.