El continente europeo ha dado al mundo muchas de las grandes marcas automotrices de la actualidad pero está perdiendo ante China la carrera por el auto del futuro.
China está arrasando en el negocio de baterías para autos eléctricos, imprescindibles para el futuro de la industria automotriz.
Casi dos tercios de la capacidad de manufactura de baterías de litio-ion se encuentra en China. La firma Wood Mackenzie calcula que Europa no tiene más de 1%. Hasta las compañías de baterías que nacen en Europa prefieren invertir en China, donde está el mercado más grande.
Además, China ha fijado metas para la producción de vehículos eléctricos y ofrece incentivos a los compradores. “Europa, en cambio, no ha sabido desarrollar una política industrial sólida ni coherente”, dice Simone Tagliapietra, analista de energía de la Fondazione Eni Enrico Mattei de Milán.
La Unión Europea está tratando de revertir esa situación. Su brazo ejecutivo, la Comisión Europea, lanzó un plan de acción este año cuyo objetivo es instar a las compañías a invertir más en tecnologías de baterías; incluso ofrece ayuda financiera. Les advierte que corren el peligro de perder influencia en las cadenas de suministro y en los estándares ambientales si no logran hacer pie en el sector baterías.
El jugador más importante del mundo es una firma china, CATL. Su rival más cercano es la japonesa Panasonic (PCRFY) y la surcoreana Samsung SDI. Panasonic también trabaja con Tesla, que produce sus propias baterías y está construyendo una gigantesca fábrica en Nevada para producirlas a grandísima escala.
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