La magnitud es impresionante. Una deuda de US$ 2,7 billones (millones de millones) debe refinanciar China durante los próximos cinco años. Los tiempos de tomar –o emitir- deuda alegremente, han terminado. Y ello ha traído cambios de significación en la economía interna de la nación asiática. El monto total de la deuda en bonos es de US$ 4 billones, pero más de la mitad madura y vence en el próximo quinquenio.
La envergadura de los pagos a afrontar hace temer que se extienda el riesgo de default por parte de muchas empresas endeudadas. Lo que podría explicar lo que está ocurriendo en el escenario empresarial.
Durante la década pasada, empresas chinas, estatales y privadas, realizaron un festival de adquisiciones más o menos estratégicas de firmas occidentales en todos los campos de actividad. Lo que contribuyó, precisamente, a amentar el endeudamiento.
Ahora estamos presenciando el fenómeno inverso. Muchas de estas empresas se están desprendiendo aceleradamente de esas inversiones y recuperan posición de caja para afrontar los vencimientos venideros, al menos en parte. El resto será un esfuerzo que deberá realizar el Estado chino, aunque no esté en la mejor posición para ello. Durante este año, la deuda que vencerá tanto para empresas privadas y estatales, como para organismos oficiales e instituciones financieras, alcanza la cifra de US$ 409 mil millones (US$ 619 mil millones en 2019, y US$ 664 mil millones en 2020).
Parte de la deuda que está por vencer podrá ser renovada. Pero ahora a tasas de interés más altas, con las subas recientes en todo el ámbito financiero. Hay temor, entre los analistas, a un posible default generalizado. Toda la economía se armó sobre la base de una deuda gigantesca. Las empresas y organismos estatales están entre los más grandes deudores. La duda es en torno a la magnitud del rescate que esté dispuesto a afrontar el gobierno de Xi Jinping.
Un caso que sirve de ejemplo, es lo que está atravesando el conglomerado HNA, con actividad en líneas aéreas, aeropuertos, transportes por camión, y negocios financieros. En los últimos 12 meses está tratando de vender participaciones en otras empresas. Tiene una deuda total de US$ 146 mil millones. En estos momentos el esfuerzo está puesto en vender sus acciones en el Deutsche Bank, y en la cadena hotelera Hilton.
