<p>La cartilla de la City londinense y su discípula Wall Street era simple: una oferta pública accionaria (OPA) es sagrada. Existen entes de control, sí, pero en general ese tipo de ofensivas logra sus fines, especialmente en el contexto británico. Ya no será tan fácil.<br />
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El ataque de Kraft y sus US$ 16.800 millones sobre Cadbury, emblema de la chocolatería local, ha sido calificado por Mandelson (también ex comisario de comercio en la Unión Europea) como maniobra especulativa y ejemplo “poco saludable. Así, arriesga daños inclusive políticos”.<br />
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En suma, ya no es aceptable abandonar a su suerte una “joya de la corona” al estilo de perimidas “revoluciones conservadoras” en Gran Bretaña o Estados Unidos. Resulta por demás ilustrativo que Mandelson haya elegido a Cadbury como caballito de batalla contra los desbordes en materia de OPA hostiles. <br />
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Se trata de un liberal clásico que deja a un lado componentes del capitalismo anglosajón. Así procedía Milton Friedman cuando apoyaba despenalizar ciertas drogas para no repetir el error de la ley seca: ésta promovió la Mafia aumentando la “plusvalía” del alcohol. Las actuales campañas contra el narcotráfico lo han convertido en un multiplicador de ganancias. Ahora, los excesos de libertad en materia de OPA desvelan a Mandelson que, no obstante, tolera los enormes subsidios agrícolas de la UE, EE.UU. y Japón.<br />
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Esta misma semana, el ministro ha convocado a inversores institucionales y personajes claves de la City. El mismo grupo acaba de reunirse con Irene Rosenfeld, directora ejecutiva de Kraft Foods que se juega la cabeza en esta OPA. Su rival no carece de armas. Desde noviembre, en efecto, todo quien encare una OPA lanzada por extranjeros debe tener presente un dictamen de David Walker sobre su valor estratégico para el país. <br />
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Casi el fin de las ofertas hostiles en Gran Bretaña
Otrora fiel al credo neoconservador de Margaret Thatcher lo hizo lord- y Ronald Reagan, Peter Mandelson dijo basta. El ministro de comercio, Peter Mandelson, más fuerte que el premier Gordon Brown, apunta sobre Kraft Foods y su intento de copar Cadbury-Schweppes.