Por supuesto, Economía hará lo imposible para que eso ocurra antes del jueves 23 de diciembre. De lo contrario, habrá una “postergación técnica” porque, en los países centrales, casi no hay negocios entre ese día y el 6 de enero. Por otra parte, una semana después comienzan los aprestos para la asunción presidencial, sea quien fuere el candidato triunfante, y Argentina quedará lejos de la atención en Washington.
Esta semana, pues, el gobierno elevará el documento –“prospecto” es un dislate similar a “default”- a la Comisión Federal de Valores (SEC: Securities & Exchange Commission) y sus entidades similares en Gran Bretaña, Japón, Francia, Alemania y Luxemburgo. Según varios expertos, Lavagna debe concluir este trámite antes del viernes, pues esta demora, y no tanto la que ocasionen las fiestas, forzaría cambios en el cronograma posterior.
Conscientes de estos problemas, los “comités de bonistas”, instrumentados por fondos de riesgo, vuelven a presionar, Por un lado, el financista suizo Nicola Stock –favorito de un medio conservador-siembra dudas sobre el grado de aceptación, omitiendo que no existe un piso prefijado. Por el otro lado, una “asociación” integrante del cabildeo que manejan Stock y Hans Humes anuncia el fracaso, en espacio financiero.
Se trata de ABC, otro sello del “comité de tenedores de bonos argentinos” (GCBA, en la sigla inglesa), que afirma ser el mayor grupo de acreedores privados. Una oportuna encuesta entre “todos sus miembros” –no se sabe quiénes- anticipa que “75% no entrará en el canje propuesto por el gobierno de Néstor Kirchner”.
Curiosamente, este “lobby” deja de lado un dato conocido días atrás: el reacomodamiento de tasas largas en Estados Unido ha disminuido de 68/70% la quita sobre bonos en cese a 64/66%. En el plano las, la campaña de presiones incorpora a la principal usina de pensamiento cavallista.
Por supuesto, Economía hará lo imposible para que eso ocurra antes del jueves 23 de diciembre. De lo contrario, habrá una “postergación técnica” porque, en los países centrales, casi no hay negocios entre ese día y el 6 de enero. Por otra parte, una semana después comienzan los aprestos para la asunción presidencial, sea quien fuere el candidato triunfante, y Argentina quedará lejos de la atención en Washington.
Esta semana, pues, el gobierno elevará el documento –“prospecto” es un dislate similar a “default”- a la Comisión Federal de Valores (SEC: Securities & Exchange Commission) y sus entidades similares en Gran Bretaña, Japón, Francia, Alemania y Luxemburgo. Según varios expertos, Lavagna debe concluir este trámite antes del viernes, pues esta demora, y no tanto la que ocasionen las fiestas, forzaría cambios en el cronograma posterior.
Conscientes de estos problemas, los “comités de bonistas”, instrumentados por fondos de riesgo, vuelven a presionar, Por un lado, el financista suizo Nicola Stock –favorito de un medio conservador-siembra dudas sobre el grado de aceptación, omitiendo que no existe un piso prefijado. Por el otro lado, una “asociación” integrante del cabildeo que manejan Stock y Hans Humes anuncia el fracaso, en espacio financiero.
Se trata de ABC, otro sello del “comité de tenedores de bonos argentinos” (GCBA, en la sigla inglesa), que afirma ser el mayor grupo de acreedores privados. Una oportuna encuesta entre “todos sus miembros” –no se sabe quiénes- anticipa que “75% no entrará en el canje propuesto por el gobierno de Néstor Kirchner”.
Curiosamente, este “lobby” deja de lado un dato conocido días atrás: el reacomodamiento de tasas largas en Estados Unido ha disminuido de 68/70% la quita sobre bonos en cese a 64/66%. En el plano las, la campaña de presiones incorpora a la principal usina de pensamiento cavallista.