Durante 2002, el aumento récord en creación de empleos y la masiva compra de bienes durables (vehículos, viviendas) hizo que el producto bruto interno se expandiese 3,4%. Ya en enero, los precios ascendían a 4,5% de ritmo anual.
En realidad, ello debiera alegrar al socio más chico del Grupo de los 7 en términos de PBI (US$ 700.000 millones, el año pasado), porque implica que crece a mayor velocidad que el promedio (3% en 2002). Los técnicos del Fondo Monetario Internacional estiman que Canadá continuará en ese rumbo durante 2003, algo casi sin émulos entre las economías industriales.
Pero ocurre que David Dodge, presidente del banco central, es tan ortodoxo como sus colegas del Banco de Inglaterra y el Banco Central Europeo. Por ende, lo obseden los “síntomas inflacionarios”, especialmente porque teme que los precios petroleros y las exportaciones canadienses se mantengan firmes. En síntesis, Ottawa es una mosca blanca: eleva tipos de interés básicos mientras dos reductos monetaristas, el BCE y su colega inglés, los bajan para estimular la demanda real.
El BdC, pues, ha aumentado de 2,75 a 3% anual la tasa de “call” (24 horas) para el sistema bancario. Hasta esta novedad, muy pocos analistas y expertos de Londres o Wall Street esperaban una nueva alza. En otras palabras, los fondos para el sistema están al nivel británico y se aleja del norteamericano (apenas 1,25% anual), por el cual el dólar local está al mayor nivel desde septiembre de 2000: US$ 0,678. Esto significa que los inversores se pasa la moneda estadounidense a la canadiense.
Durante 2002, el aumento récord en creación de empleos y la masiva compra de bienes durables (vehículos, viviendas) hizo que el producto bruto interno se expandiese 3,4%. Ya en enero, los precios ascendían a 4,5% de ritmo anual.
En realidad, ello debiera alegrar al socio más chico del Grupo de los 7 en términos de PBI (US$ 700.000 millones, el año pasado), porque implica que crece a mayor velocidad que el promedio (3% en 2002). Los técnicos del Fondo Monetario Internacional estiman que Canadá continuará en ese rumbo durante 2003, algo casi sin émulos entre las economías industriales.
Pero ocurre que David Dodge, presidente del banco central, es tan ortodoxo como sus colegas del Banco de Inglaterra y el Banco Central Europeo. Por ende, lo obseden los “síntomas inflacionarios”, especialmente porque teme que los precios petroleros y las exportaciones canadienses se mantengan firmes. En síntesis, Ottawa es una mosca blanca: eleva tipos de interés básicos mientras dos reductos monetaristas, el BCE y su colega inglés, los bajan para estimular la demanda real.
El BdC, pues, ha aumentado de 2,75 a 3% anual la tasa de “call” (24 horas) para el sistema bancario. Hasta esta novedad, muy pocos analistas y expertos de Londres o Wall Street esperaban una nueva alza. En otras palabras, los fondos para el sistema están al nivel británico y se aleja del norteamericano (apenas 1,25% anual), por el cual el dólar local está al mayor nivel desde septiembre de 2000: US$ 0,678. Esto significa que los inversores se pasa la moneda estadounidense a la canadiense.