También financió iniciativas de desarrollo en sectores como agua y saneamiento, infraestructuras, pymes, digitalización; y apoyó a sus países miembros. También en 2020 México se convirtió en miembro pleno de la institución.
Al cierre de su 50 aniversario, el organismo multilateral acumuló un total de más US$ 200.000 millones aprobados desde 1970, para promover el desarrollo sostenible y la integración regional.
“CAF es un socio incondicional del desarrollo de América Latina, y muestra de ello es el récord de aprobaciones que hemos realizado en un año complicado como ha sido el 2020. Además de responder de manera rápida y oportuna a las necesidades de financiamiento externo ocasionadas por el COVID-19, hemos continuado nuestro apoyo en áreas clave del desarrollo y estamos reforzando a la institución para ofrecer mejores servicios técnicos y financieros a nuestros países miembros”, dijo Luis Carranza Ugarte, presidente ejecutivo de CAF.
La acción integral de CAF para apoyar a sus países miembros a enfrentar la pandemia se evidenció inicialmente de manera ágil y oportuna con recursos de cooperación técnica no reembolsables por hasta US$ 400 mil por país; seguido por la línea de crédito regional para eventos extremos del clima, sismos, accidentes contaminantes y epidemias por US$ 340 millones; y posteriormente préstamos por
US$ 4.100 millones de la línea de crédito contingente regional de apoyo anticíclico para la emergencia generada por el COVID-19.
A estas iniciativas se sumó el apoyo a las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) con hasta US$ 1.600 millones, a través de los bancos de desarrollo locales para impulsar su internacionalización, innovación e integración productiva, y de esta manera promover el empleo formal y la recuperación económica de la región.
Asimismo, en el marco de la reactivación económica, el directorio aprobó una facilidad por US$ 1.200 millones denominada Programa de apoyo a Empresas de Servicios Públicos, dirigida a empresas prestadoras de los servicios públicos de energía eléctrica, gas y agua, para atender las mayores necesidades de liquidez de los prestatarios generadas por la pandemia.
En 2020 también se aprobó el inicio de un proceso de fortalecimiento patrimonial de la institución, que permitirá que los países miembros puedan aumentar su capacidad crediticia entre dos y cuatros veces el capital aportado. Paralelamente, la incorporación de México como miembro pleno de CAF le permitirá tener un mayor acceso a recursos financieros de largo plazo, así como cooperación técnica para su desarrollo sostenible, entre otros beneficios.