Algunos administradores de fondos en Gran Bretaña ya están advirtiendo otra posible consecuencia negativa del Brexit: la compra de compañías a precio de ganga por parte de inversores activistas.
Han caído las acciones de casi todas las grandes empresas británicas por temores sobre la economía global pero también por el Brexit. Eso las vuelve vulnerables a inversores internacionales que buscan oportunidades.
Según un informe publicado por Lazard Asset Management, este último año una un gran aumento de las actividades. Alan Custis, jefe del departamento de valores británicos, varias compañías están cotizando a valores muy inferiores frente a sus pares en el exterior y un Brexit difícil no va a ayudar las cosas.