Deuda pública y privada en alza, poco crecimiento y contracción de industrias tradicionales, estancamiento del salario y descontento con la inequidad de ingresos. A eso se le suma, en ambas islas, el problema de la vivienda, que crece hasta llegar a niveles inalcanzables para la mayoría de la población. En el caso de Taiwan la burbuja inmobiliaria fue acelerada por un recorte en el impuesto a la herencia de 50% a 10.
Como ocurre en Inglaterra, el aumento de la demanda no se satisface con mayor oferta y desde 2009 los precios de las propiedades se duplicaron.
En Inglaterra, según un informe reciente realizado por The Independent, parecería que por fin las casas van a tener precios un poco más asequibles. El gobierno anunció en el verano en Manchester, durante la conferencia del partido conservador que va a tomar el tema de la vivienda por las astas.
Si eso ocurre la vivienda será un poco más accesible a millones de personas que hacen fila desde hace una generación para conseguir vivienda.
Pero en el otro extremo de la pirámide, la burbuja reventó. El número de transacciones de más de dos millones de libras esterlinas se redujo a la mitad en el último año. Los mayores costos han hecho que hasta los ricos piensen dos veces antes de mudarse a una casa nueva. Grandes mansiones en Mayfair valen hoy 20% menos de lo que valían hace un año.
No es que esto sea tema de preocupación, pero por lo general lo que comienza en el centro de Londres suele expandirse por todo el país. Podría pasar pero hay muchas razones para pensar que esto podría marcar el comienzo de la tan esperada corrección de los precios en el mercado inmobiliario.
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