Otra vez Thomas Griesa y el FMI actúan como un juego de pinzas. Por un lado, pesa el embargo preventivo por la enormidad de US$ 7.000 millones… para cubrir reclamos de un fondo buitre por 350 millones. Por el otro, Thomas Dawson (vocero del sector fondista más opuesto a Buenos Aires, donde les baja línea a varios medios) exige más detalles del canje, olvidando que, días antes, señaló que no se pediría la reapertura. Sin duda, la acción judicial de NML Capital (o sea, Elliot & Associates) busca el mismo resultado.
Este juego de circunstancias y el peligro de que Alan Greenspan -más allá de su “optimismo fundamentalista”- opte el 5 de mayo por un ajuste de 37,5 o hasta 50 puntos básicos en los tipos referenciales perjudicó a bonos y acciones. Por de pronto, el índice Merval perdió 1,2%.
Al margen de Griesa o los típicos vaivenes bursátiles porteños (un mercado chico), la señal realmente inquietante la dio la única bolsa relevante de Sudamérica, San Pablo, cediendo 1,66%. En cuanto a títulos de renta fija mínima, las letras de Tesorería norteamericana a diez años bajaron de precio, por lo cual su rinde se acerca ya a 4,65% anual. Ésta es, en efecto, la tasa larga clave en el mercado internacional de papeles en dólares.
Volviendo al panel local, el retroceso de las acciones líderes acumula 13,5% en marzo y 2% en el año, tras haber llegado a subir 16% desde fines de 2004. Por el contrario, en Wall Street el Dow Jones industrial recobró 0,4%, sin motivos reales que lo justificasen. En particular, mientras el Standard & Poor’s 500 y el Nasdaq compuesto quedaban neutros.
Otra vez Thomas Griesa y el FMI actúan como un juego de pinzas. Por un lado, pesa el embargo preventivo por la enormidad de US$ 7.000 millones… para cubrir reclamos de un fondo buitre por 350 millones. Por el otro, Thomas Dawson (vocero del sector fondista más opuesto a Buenos Aires, donde les baja línea a varios medios) exige más detalles del canje, olvidando que, días antes, señaló que no se pediría la reapertura. Sin duda, la acción judicial de NML Capital (o sea, Elliot & Associates) busca el mismo resultado.
Este juego de circunstancias y el peligro de que Alan Greenspan -más allá de su “optimismo fundamentalista”- opte el 5 de mayo por un ajuste de 37,5 o hasta 50 puntos básicos en los tipos referenciales perjudicó a bonos y acciones. Por de pronto, el índice Merval perdió 1,2%.
Al margen de Griesa o los típicos vaivenes bursátiles porteños (un mercado chico), la señal realmente inquietante la dio la única bolsa relevante de Sudamérica, San Pablo, cediendo 1,66%. En cuanto a títulos de renta fija mínima, las letras de Tesorería norteamericana a diez años bajaron de precio, por lo cual su rinde se acerca ya a 4,65% anual. Ésta es, en efecto, la tasa larga clave en el mercado internacional de papeles en dólares.
Volviendo al panel local, el retroceso de las acciones líderes acumula 13,5% en marzo y 2% en el año, tras haber llegado a subir 16% desde fines de 2004. Por el contrario, en Wall Street el Dow Jones industrial recobró 0,4%, sin motivos reales que lo justificasen. En particular, mientras el Standard & Poor’s 500 y el Nasdaq compuesto quedaban neutros.