Bloomberg Place, dos imponentes torres unidas en el cielo por un puente, se levantan sobre las ruinas de un templo romano de 3.000 años. Bloomberg Place será la sede europea de la compañía de Michael R. Bloomberg. Pero esa no es más que una pieza en el creciente imperio británico de Bloomberg. También suscribe importantes expansiones de las galerías más prestigiosas de Londres, en Kensington Gardens.
Bloomberg, un anglófilo empedernido, exportará enormes cantidades de capital financiero, social y político desde City may a la vieja ciudad, donde desde hace tiempo desea tener influencia. La ciudad le fascina y la ambiciona para su vida posterior a City Hall.
Por lo pronto, cultiva la amistad del alcalde de Londres, Boris Johnson, quien envía a sus ayudantes a City Hall para que se instruyan en manejo municipal. Además, el alcalde londinense comenzó un programa de voluntariado según el modelo del de Bloomberg en Nueva Cork. El entusiasmo que despierta el americano en Londres es tan grande que alguien cercano al Primer Ministro David Cameron deslizó incluso la peregrina idea de candidatearlo para alcalde de Londres.