En efecto, una de las claves del trabajoso acuerdo entre la SEC -su texto completo
se divulgó el 28 de abril- , la fiscalía del estado neoyorquino
y los diez principales operadores de Wall Street requiere que estas firmas separen
sus dos negocios básicos. Vale decir, análisis y consultoría
sobre títulos en plaza, por una parte, y banca de inversión por
la otra (incluyendo OPI).
Todo arranca de una investigación emprendida por el Wall Street Journal,
a su vez inspirada en observaciones públicas de Eliot Spitz, fiscal general
de Nueva York, en cuanto a que aquella exigencia de pacto con la SEC no estaba
cumpliéndose. El periódico especializado detectó a un analista
bursátil de Bear Stearns Companies (BSC) actuando como promotor de una
OPI para iPayment (procesa tarjetas de crédito en Internet), firma cuyos
papeles acababa de calificar. Cuando el periódico reveló esto,
el viernes, BSC tuvo que demorar esa emisión accionaria porque estaba
actuando, simultáneamente, con analistas de valores y banca de inversión
para el mismo cliente.
Durante el fin de semana, la compañía se puso en contacto con
la SEC, la fiscalía neoyorquina y el New York Stock Exchange (NYSE) para
pedir disculpas. "El problema es que BSC y las demás aceptaron pagar
US$ 1.400 millones en multas y resarcimientos, pero sus abogados las han persuadido
de que el arreglo presupone no admitir culpas. Es una interpretación
tan leguleya como endeble, pero explica infracciones como ésta",
sostuvo Spitz por TV. Lo malo es que la SEC comparte el temperamento de las
firmas sancionadas.
Para peor, el analista de marras, James Kissane -ejecutivo en BSC-, salió
por la Red promoviendo a iPayment y su OPI. "Wall Street no está
realmente arrepentida de sus abusos. Es increíble que la firma haya permitido
a un analista tomar parte en una presentación pública. También
lo es que este tipo de cosas no esté vedado taxativamente", decía
Stephen Cutler, director de inspecciones en la propia SEC.
En efecto, una de las claves del trabajoso acuerdo entre la SEC -su texto completo
se divulgó el 28 de abril- , la fiscalía del estado neoyorquino
y los diez principales operadores de Wall Street requiere que estas firmas separen
sus dos negocios básicos. Vale decir, análisis y consultoría
sobre títulos en plaza, por una parte, y banca de inversión por
la otra (incluyendo OPI).
Todo arranca de una investigación emprendida por el Wall Street Journal,
a su vez inspirada en observaciones públicas de Eliot Spitz, fiscal general
de Nueva York, en cuanto a que aquella exigencia de pacto con la SEC no estaba
cumpliéndose. El periódico especializado detectó a un analista
bursátil de Bear Stearns Companies (BSC) actuando como promotor de una
OPI para iPayment (procesa tarjetas de crédito en Internet), firma cuyos
papeles acababa de calificar. Cuando el periódico reveló esto,
el viernes, BSC tuvo que demorar esa emisión accionaria porque estaba
actuando, simultáneamente, con analistas de valores y banca de inversión
para el mismo cliente.
Durante el fin de semana, la compañía se puso en contacto con
la SEC, la fiscalía neoyorquina y el New York Stock Exchange (NYSE) para
pedir disculpas. "El problema es que BSC y las demás aceptaron pagar
US$ 1.400 millones en multas y resarcimientos, pero sus abogados las han persuadido
de que el arreglo presupone no admitir culpas. Es una interpretación
tan leguleya como endeble, pero explica infracciones como ésta",
sostuvo Spitz por TV. Lo malo es que la SEC comparte el temperamento de las
firmas sancionadas.
Para peor, el analista de marras, James Kissane -ejecutivo en BSC-, salió
por la Red promoviendo a iPayment y su OPI. "Wall Street no está
realmente arrepentida de sus abusos. Es increíble que la firma haya permitido
a un analista tomar parte en una presentación pública. También
lo es que este tipo de cosas no esté vedado taxativamente", decía
Stephen Cutler, director de inspecciones en la propia SEC.