<p>Pero, antes de avalar el trato por BofA, los abogados preguntaron a sus colegas de Merrill Lynch cuánto recibirían como bonificación. Se quedaron tiesos: Thain se había asignado US$ 40 millones y cifras algo menores a los cuatro ejecutivos que arreglaron la fusión. <br />
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Merrill había perdido mucho dinero en 2008 y sigue perdiéndolo ahora, pero eso no ha afectado las remuneraciones del elenco superior. Como luego explicaría Thain, “eran premios por haber timoneado la fusión en lo que fue una tarea heroica”. Ni siquiera el personal de ML se tragó la píldora.<br />
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Semanas después del episodio, un directivo de ML se lo reveló a John Finnegan, a cargo del comité de remuneraciones. Tras calificar esos regalos de ridículos, los atribuyó a “la codicia y la insensibilidad de Thain”. En verdad, el asunto refleja la soberbia típica de Wall Street y las vulnerabilidades de esta fusión.<br />
En teoría, el acuerdo deparaba a ML la posibilidad de superar quebrantos por miles de millones ligados a malas hipotecas y paquetes incolocables. Por su parte, Bank of America accedía a una enorme red mundial de operadores.<br />
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Pero la fusión, que le costaba a BofA unos US$ 50.000 millones en acciones, se agrió velozmente. En su momento, el casamiento representaba activos conjuntos por US$ 176.000 millones. Hoy, la capitalización no pasa de 39.000 millones, gracias a la “heroica tarea” de Thai y sus amigos. <br />
Thain fue despedido, demandado por las bonificaciones y responsabilizado por esa licuación de 77,8%. En cuanto a Bank of America, había gestionado su propio obsequio (US$ 45.000 millones en un segundo rescate financiero estatal), justamente para salvar la fusión.<br />
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Bank of America, Merrill Lynch y un premio US$ 40 millones
Meses atrás, mientras Lehman Brothers se desplomaba, el estudio jurídico Wachtell, Lipton, Rosen & Katz celebraba. Tras reuniones en la Reserva Federal (Nueva York), John Thain le vendía a BofA una Merrill Lynch en severos aprietos y se ganaba US$ 40 millones