En los momentos más negros de la crisis financiera de 2009, alguien usando como nombre Satoshi Nakamoto lanzó una moneda digital llamada Bitcoin que, decía, podía eliminar la necesidad de depender de los bancos. Seis años más tarde, instituciones como JP Morgan y Citigroup están tomando las ideas de Nakamoto, pero dejando afuera partes del diseño del Bitcoin diseñadas para reducir su propia influencia.
El Barklays y el Credit Suisse recurren a la idea de Nakamoto del código de fuente abierta para crear sistemas que ayuden a los gigantes financieros a hacer sus negocios como siempre pero con más eficiencia. El plan general es crear software que imite la forma en que Bitcoin registra y verifica las transacciones en un libro de contabilidad digital conocido como “blockchain” pero haciéndolo sin la moneda digital misma.
Uno de esos proyectos se hizo público la semana pasada, cuando la startaup de la ciudad de Nueva York, R3, anunció una sociedad con nueve bancos (Goldman Sachs, UBS y JP Morgan entre ellos) para desarrollar software blockchain que facilite la transferencia de activos financieros entre las instituciones.
Según Richard Gendal Brown, director de tecnología de R3, en teoría un sistema así podría construirse encima de Bitcoin, pero algunas de sus características no son adecuadas para el negocio financiero, como por ejemplo, que la blockchain sea pública. “Los clientes no quieren que sus transacciones financieras privadas sean visibles a todo el mundo”. Lo que pueden hacer los bancos, entonces, es reunirse para operar una blo9ckchain semi-privada a la que puedan acceder sólo instituciones confiables.