Unipol, la firma manejada por Giovanni Consorte, ofrecerá alrededor de € 2,60 por acción. Por su parte, el “contrapacto” guiado por Francesco Caltagirone supera levemente los tres euros. No obstante, observadores suizos y austríacos insisten en que la única oferta públkica accionaria (OPA) seria sigue siendo la de BBVA.
Naturalmente, las brechas entre las tres propuestas (los españoles están más cerca de Caltagirone que de Consorte en precio) obedecen a diferencias en la valuación del paquete. En medio de la puja, los nuevos rivales afirman controlar la misma porción: 27,5%.
Ello explica las negociaciones personales entre sus directivos para unir las propuestas. Algo bastante irregular, pero factible gracias a la cuestionable tolerancia de Antonio Fazio (Banca d’Italia, central) y la Consob ante todo tipo de maniobras contra eventuales compradores extranjeros, actitud que puede hacer crisis en el caso AntonVeneta.
Según los rumores, semejante alianza unificaría en € 2,90 la oferta por papel, que sería inferior a la de Caltagirone. Como si todo eso fuese poco, el jueves entró en liza Crédit Suisse, interesada en parte del paquete Unipol. Mientras, el asunto se politizaba: Piero Fassino, secretario general democristiano, apoyó la oferta de Unipol “porque responde a una lógica de mercado” (como si la de BBVA no lo hiciera).
En lo tocante a Banca Antoniana Popolare Veneta, el tema está en la justicia. Pese a estar siendo investigado por fiscales de Milán y Roma (“insider’s trading”, cosmética contables), Giampiero Fiorani –amo de Banca Popolare di Lodi- radicó una demanda en Padua. El audaz financista y sus abogados buscan dejar sin efecto otro fallo (dictado por el juez Giuseppe Amendini), que suspendió el directorio impuesto por Fiorani en AntonVeneta.
Sucede que el golpe interno de Fiorani, respaldado por Fazio, fue fruto de irregularidades cuestionadas por dos tribunales. Esta serie de maniobras irrita a ABN Amro –por AntonVeneta- y a BBVA, por BNL. Al respecto, en Bruselas, los comisionados de Finanzas (Charles McCreevy) y Competencia (Nellie Kroes) se hallan en contacto con funcionarios de España y Holanda. Su objeto: coordinar acciones sobre el gobierno italano, para que acabe con tantas intrigas donde se involucran el banco central la Consob y algunos socios de la coalición que –todavía- conduce Silvio Berlusconi.
Unipol, la firma manejada por Giovanni Consorte, ofrecerá alrededor de € 2,60 por acción. Por su parte, el “contrapacto” guiado por Francesco Caltagirone supera levemente los tres euros. No obstante, observadores suizos y austríacos insisten en que la única oferta públkica accionaria (OPA) seria sigue siendo la de BBVA.
Naturalmente, las brechas entre las tres propuestas (los españoles están más cerca de Caltagirone que de Consorte en precio) obedecen a diferencias en la valuación del paquete. En medio de la puja, los nuevos rivales afirman controlar la misma porción: 27,5%.
Ello explica las negociaciones personales entre sus directivos para unir las propuestas. Algo bastante irregular, pero factible gracias a la cuestionable tolerancia de Antonio Fazio (Banca d’Italia, central) y la Consob ante todo tipo de maniobras contra eventuales compradores extranjeros, actitud que puede hacer crisis en el caso AntonVeneta.
Según los rumores, semejante alianza unificaría en € 2,90 la oferta por papel, que sería inferior a la de Caltagirone. Como si todo eso fuese poco, el jueves entró en liza Crédit Suisse, interesada en parte del paquete Unipol. Mientras, el asunto se politizaba: Piero Fassino, secretario general democristiano, apoyó la oferta de Unipol “porque responde a una lógica de mercado” (como si la de BBVA no lo hiciera).
En lo tocante a Banca Antoniana Popolare Veneta, el tema está en la justicia. Pese a estar siendo investigado por fiscales de Milán y Roma (“insider’s trading”, cosmética contables), Giampiero Fiorani –amo de Banca Popolare di Lodi- radicó una demanda en Padua. El audaz financista y sus abogados buscan dejar sin efecto otro fallo (dictado por el juez Giuseppe Amendini), que suspendió el directorio impuesto por Fiorani en AntonVeneta.
Sucede que el golpe interno de Fiorani, respaldado por Fazio, fue fruto de irregularidades cuestionadas por dos tribunales. Esta serie de maniobras irrita a ABN Amro –por AntonVeneta- y a BBVA, por BNL. Al respecto, en Bruselas, los comisionados de Finanzas (Charles McCreevy) y Competencia (Nellie Kroes) se hallan en contacto con funcionarios de España y Holanda. Su objeto: coordinar acciones sobre el gobierno italano, para que acabe con tantas intrigas donde se involucran el banco central la Consob y algunos socios de la coalición que –todavía- conduce Silvio Berlusconi.