La decisión de la Reserva Federal de Estados Unidos de reducir las tasas de interés en 0,25 puntos porcentuales, ubicándolas en un rango de 3,75 % a 4 %, marcó el segundo recorte consecutivo y el tercero en lo que va del año. Esta estrategia busca estimular la actividad económica tras varios trimestres de moderación y una tendencia sostenida a la baja en la inflación, según informó la entidad.
De acuerdo con proyecciones de la OCDE, la economía estadounidense crecerá 1,6 % en 2025 y 1,5 % en 2026, en un contexto de estabilidad macroeconómica, inflación contenida y dólar fortalecido. Este escenario refuerza el atractivo de los activos reales y dolarizados para inversores globales.
En Argentina, la inflación interanual ronda el 31,8 %, con tasas de referencia en descenso, actualmente en 29 % anual, y una brecha cambiaria cercana al 35 %. Bajo estas condiciones, la preferencia por instrumentos vinculados al dólar y economías más previsibles se mantiene firme entre los inversores locales.
“El inversor argentino históricamente buscó refugio de valor en el ladrillo y en los activos dolarizados. Lo que cambia hoy es la forma de acceder a esos mercados: ya no solo a través de propiedades físicas, sino mediante estructuras que permiten participar de negocios consolidados en Estados Unidos, con mayor transparencia y gestión profesional”, explicó Darío Silva, director comercial de Cono Sur de Dividenz.
El interés por el mercado inmobiliario estadounidense se potencia por su estabilidad, liquidez y capacidad de generar rentas constantes, especialmente en segmentos como multifamiliares, industriales y retail. La combinación de empleo robusto, consumo sostenido y condiciones financieras previsibles sostiene la demanda en estos sectores.
Invertir en bienes raíces en Estados Unidos aparece como una estrategia para diversificar portafolios y preservar valor, en un contexto de incertidumbre económica para los inversores argentinos.












