<p>En realidad, Grecia, Portugal, España, Italia, Alemania y varios otros comparten emergencias financieras o fiscales capaces de desfondar el megapaquete por € 750.000 millones (unos US$ 925.000 millones) armado en Bruselas. Como se ve, ya no se trata de las economías más vulnerables –España, Italia- ni menos viables (Grecia, Portugal).<br />
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Fitch bajó España un escalón (28 de mayo), pero le asignó por ahora “perspectivas estables”. El país retuvo la calificación AAA desde 2003 pero, como ocurría con S&P y Moody’s Investors Service, siempre fueron más bien concesiones a la política de subsidios ocultos que apuntalaba a esa economía desde que ingresó al euro.<br />
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“El proceso de ajuste hacia abajo en el endeudamiento privado y soberano externo reduce las expectativas de crecimiento a mediano plazo de la economía hispánica”, explica un comunicado desde Londres. Casi al mismo tiempo, las Cortes aprobaban por muy escaso margen (¡apenas un voto!) los recortes presupuestarios más drásticos en treinta años.<br />
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No obstante, el rojo fiscal de 2011 será el tercero de la Eurozona en magnitud. Por otra parte, el “tour de force” parlamentario compromete el futuro político del primer ministro José Luis Rodríguez Zapatero y la suerte de su gobierno. Lo único que demora la renuncia del gabinete es una oposición –el neofranquista y clerical partido Popular de Mariano Rajoy- sin programa ni reflejos.</p>
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Al final, Fitch Ratings dejó a España sin el grado AAA
No extrañó a nadie que la calificadora más chica y menos fiable emulase a Standard & Poors (abril 28) y bajase Madrid de AAA a AA+. Pero las crecientes dificultades sociopolíticas creadas por un ajuste salvaje pueden llevar a otras degradaciones.