A fines de abril pasado la soja cotizaba en Brasil levemente por encima de los US$ 310 / tonelada (precio de exportación); desde entonces el precio de la oleaginosa ha mostrado un recorrido alcista interesante, llegando a US$ 353 hacia fines de junio (+ del 10% en dos meses).
Los precios actuales son similares a los que prevalecían en 2019 para la misma fecha, pero con la diferencia no menor de que este año la economía global atraviesa la crisis más importante de las últimas décadas, según lo recuerda el último informe del IERAL, de la Fundación Mediterránea.
En lo que va del ciclo comercial actual, el gigante asiático ha comprado un 16% más de soja (volúmenes) que en el ciclo previo. La buena noticia es doble, las compras de los últimos meses se mantienen por encima de las del año pasado y además consolidan un cambio de tendencia, que había empezado a manifestarse hacia fines del 2019.
No hay garantías que los precios actuales prevalecerán en los próximos meses, es decir, que no pueda haber una reversión en las cotizaciones, pero se cuenta con elementos para albergar expectativas optimistas; Brasil, el gran proveedor hoy global, luego de un gran arranque de año, está entrando en la fase declinante de sus exportaciones y China seguirá, con mayor probabilidad, traccionando y levantando sus compras.
Para Argentina, que cuenta todavía con un volumen importante de soja sin comercializar de la última cosecha (recientemente finalizada), capitalizar mejores precios de exportación puede significar una inyección adicional (y muy necesaria) de ingresos en el actual contexto de crisis