Los flujos de capitales hacia los mercados emergentes estón influenciados más por fuerzas globales que domésticas, que los vuelven vulnerables a cambios desordenados en la política de la Reserva Federal de Estados Unidos, concluyen economistas del Banco Mundial en un estudio.
El trabajo pone el acento en el riesgo de una repetición a gran escala de lo que ocurrió el año pasado en las economías emergentes después de que Ben Bernanke, el presidente de la Reserva Federal, dejó entrever en mayo planes de reducir el programa de compra de activos del banco central. “ Los efectos probablemente se concentrarán entre los países de ingresos medios con grandes desequilibrios domésticos y en los mercados financieros”, dice.
Aunque el escenario de base del Banco Mundial es un ajuste suave que llevaría solo a un “recorte modesto” en el ingreso de capitales en mercados emergentes, advierte que la experiencia del año pasado y la naturaleza extraordinaria de las políticas de los bancos centrales significa que las tasas de interés de largo plazo en las economías más grandes del mundo tendrán propensión a elevarse abruptamente. “En un escenario de ajuste desordenado, los flujos financieros hacia los países en desarrollo podrían caer hasta 80% durante varios meses, cayendo a alrededor de 0,6% del PBI de los países en desarrollo”, vaticina el informe.
Agrega también que casi la cuarta parte de los países en desarrollo podrían experimentar violentas interrupciones en su acceso al capital global, aumentando sustancialmente la probabilidad de inestabilidad económica y financiera. Para algunos países, los efectos de un rápido ajuste en los flujos de capital podrían significar una crisis financiera doméstica.”