<p>Si los bancos privados, verdaderos beneficiarios de la anomia que invade al grupo de los 20, siguen reacios a prestarse uno al otro, en dos días pueden crearse a situaciones de iliquidez similares a las causadas por Theodore Roosevelt (1907), Herbert Hoover desde 1931 o George W.Bush desde 2006. En otras palabras, el sistema financiero de la Unión Europea correrá peligro de desestabilizarse por cuarta vez, como el alemán en 1922.<br />
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“La recuperación es desigual y endeble”, sostuvo en Huntsville, Canadá, Giulio Tremonti, ministro de economía italiano. Absortas en una doble cumbre incapaz de definir soluciones, Grecia, España, Francia, Portugal e Italia viven una seguidilla de protestas que data de abril. En este contexto, prometer reducir a la mitad, para 2013, la relación déficit público/producto bruto interno (hoy supera 10% en algunas economías del G-8) no resulta plausible.<br />
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Los vencimientos del jueves lo subrayan claramente y le dan razones a Tremonti, Paul Krugman (Nobel 2008) o Jeffrey Sachs. Occidente afronta la cuarta ola depresiva en cien años. No obstante, las actitudes ortodoxas de Nicolas Sarkozy, Angela Merkel, David Cameron y su común chivo expiatorio, José Luis Rodríguez Zapatero, llevan a un callejón sin salida. “Metro Goldwyn Mayer no será la única vaca sagrada en caer”, comentaba Sachs en Ginebra.<br />
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En lo atinente a una renovada recesión, asoma otro inquietante paralelo con 1933 y 2006: en ambas ocasiones, hubo mejorías transitorias, seguidas por nuevos cimbronazos. Esos € 442.000 millones del jueves pueden adelantar una secuencia de 2006/09, vía crisis europea de deuda, con un ingrediente nuevo en forma de tensiones sociales y políticas en varios países.<br />
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El nexo será una creciente masa de desocupados, precio de ajustes rígidos y contracción de la economía. Más tarde, si no se abandona a tiempo el apoyo a malos bancos –trocándolo en desagio de acreencias incobrables-, la factura también se pasará a los contribuyentes via rescates estilo Henry Paulson. <br />
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Adiós magia del tipo G-20 y riesgo de iliquidez europea
El primer signo surge este jueves. Vencen 442.000 millones otorgados por el Banco Central Europeo a entidades privadas. Las mismas que, remisas a darse call money entre sí, pueden desencadenar una depresión parecida a las de 1932/39 y 2006/09.