Fuentes neoyorquinas esperaban, para esta tarde, la firma del contrato de colocación de bonos con Bank of New York. Eso permitirá iniciar los “road shows” el 17 de enero, como estaba previsto. También será en forma simultánea, o sea en Estados Unidos y la Unión Europea.
Entretanto, dejando de lado rumores y especulaciones periodísticas circulantes desde el sábado, el gobierno explicó que la cancelación total de deudas ante el Fondo será paulatina, tomará cuatro año y podrá –o no- hacerse empleando reservas. En todo caso, no se prevén adelantos del banco central. Por supuesto, el cronograma incluirá vencimientos impostergables, ya pactados con el organismo, no los reprogramables.
Obviamente, ello depende de un futuro acuerdo específico con el FMI. En privado, algunos técnicos opinan que ese mecanismo “le facilitará al emisor recobrar progresivamente reservas y no exponerse a vaivenes económicos o financieros. En particular, dada la volatidad global, agravada por los insostenibles déficit norteamericanos”.
A fines de año, las deudas con el ente totalizarán alrededor de US$ 15.000 millones. En lo tocante a “pagar de golpe”, fue una idea del entorno político presidencial, dejada trascender con cierta imprudencia: sólo sirvió para los “lobbies” habituales montasen una campaña de presiones. Hasta se llegó a imaginar una gestión ante el Banco Spiritu Santo, institución mayorista portuguesa que maneja una cartera china, como resultado del pacto que llevó –años atrás- a la devolución temprana de la factoría establecida en Macao hace unos siglos.
El escaso tino de ciertos funcionarios, por cierto, les vino bien a los medios que apuestan contra el canje de deuda en cese selectivo de pagos. Así, tras la ratificación oficial de fechas, insisten en que será imposible respetarlas. Pero, pese al clima de incertidumbre creado dentro y fuera del país, los bonos argentinos continúan aumentando de precio. Ello significa que el riesgo soberano argentino roza el mínimo en muchos años, 635 puntos.
Buena parte de las versiones en danza aprovecha, por cierto, el personalismo de Néstor Kirchner. Éste se manifestó en un error táctico: enviar un funcionario político (no económico ni financiero) y una legisladora –ambos allegados al presidente- para explicar planes tocantes a la relación con el FMI.
Algunos analistas europeos comparan ese paso en falso con la renuncia impuesta, meses atrás, a Alfonso Pray Gay al frente del banco central. Ni las presiones sobre el ex funcionario ni la elección del reemplazante cayeron bien en el “gran mundo” financiero. “Los problemas con el BoNY no hubiesen existido si todavía estuviese Prat Gay en el BCRA”, se le oyó decir en Madrid a un capitoste de la banca privada.
Mientras tanto, la Cepal ha difundido proyecciones optimistas sobre el PBI argentino de este año. Según sus técnicos, terminará 2004 recobrando 8,2% y alcanzará 5% en el próximo. En cuanto a Latinoamericana, el PB regional habrá subido 5,5% este año. Es una notable reacción respecto del magro 1,9% obtenido en 2003. Entre las economías relevantes, luego de Argentina vienen Chile (+5,8%), Brasil (+5,2%) y Méjico (+4,8%).
Fuentes neoyorquinas esperaban, para esta tarde, la firma del contrato de colocación de bonos con Bank of New York. Eso permitirá iniciar los “road shows” el 17 de enero, como estaba previsto. También será en forma simultánea, o sea en Estados Unidos y la Unión Europea.
Entretanto, dejando de lado rumores y especulaciones periodísticas circulantes desde el sábado, el gobierno explicó que la cancelación total de deudas ante el Fondo será paulatina, tomará cuatro año y podrá –o no- hacerse empleando reservas. En todo caso, no se prevén adelantos del banco central. Por supuesto, el cronograma incluirá vencimientos impostergables, ya pactados con el organismo, no los reprogramables.
Obviamente, ello depende de un futuro acuerdo específico con el FMI. En privado, algunos técnicos opinan que ese mecanismo “le facilitará al emisor recobrar progresivamente reservas y no exponerse a vaivenes económicos o financieros. En particular, dada la volatidad global, agravada por los insostenibles déficit norteamericanos”.
A fines de año, las deudas con el ente totalizarán alrededor de US$ 15.000 millones. En lo tocante a “pagar de golpe”, fue una idea del entorno político presidencial, dejada trascender con cierta imprudencia: sólo sirvió para los “lobbies” habituales montasen una campaña de presiones. Hasta se llegó a imaginar una gestión ante el Banco Spiritu Santo, institución mayorista portuguesa que maneja una cartera china, como resultado del pacto que llevó –años atrás- a la devolución temprana de la factoría establecida en Macao hace unos siglos.
El escaso tino de ciertos funcionarios, por cierto, les vino bien a los medios que apuestan contra el canje de deuda en cese selectivo de pagos. Así, tras la ratificación oficial de fechas, insisten en que será imposible respetarlas. Pero, pese al clima de incertidumbre creado dentro y fuera del país, los bonos argentinos continúan aumentando de precio. Ello significa que el riesgo soberano argentino roza el mínimo en muchos años, 635 puntos.
Buena parte de las versiones en danza aprovecha, por cierto, el personalismo de Néstor Kirchner. Éste se manifestó en un error táctico: enviar un funcionario político (no económico ni financiero) y una legisladora –ambos allegados al presidente- para explicar planes tocantes a la relación con el FMI.
Algunos analistas europeos comparan ese paso en falso con la renuncia impuesta, meses atrás, a Alfonso Pray Gay al frente del banco central. Ni las presiones sobre el ex funcionario ni la elección del reemplazante cayeron bien en el “gran mundo” financiero. “Los problemas con el BoNY no hubiesen existido si todavía estuviese Prat Gay en el BCRA”, se le oyó decir en Madrid a un capitoste de la banca privada.
Mientras tanto, la Cepal ha difundido proyecciones optimistas sobre el PBI argentino de este año. Según sus técnicos, terminará 2004 recobrando 8,2% y alcanzará 5% en el próximo. En cuanto a Latinoamericana, el PB regional habrá subido 5,5% este año. Es una notable reacción respecto del magro 1,9% obtenido en 2003. Entre las economías relevantes, luego de Argentina vienen Chile (+5,8%), Brasil (+5,2%) y Méjico (+4,8%).