Digital, digital, digital. La palabra brota en todas las conversaciones. En Morgan Stanley, en Goldman Sachs, se habla del tema con relación a las herramientas automatizadas para asesores financieros o a los servicios para la banca mionorista.
La preocupación por lo digital refleja el imparable avance de apps y plataformas independientes, muchas de las cuales llevan años rebanándoles participación en el mercado en areas como préstamos al consumidor, administración de capitales o cuentas bancarias.
Muchos de los bancos tradicionales fueron lentos en desarrollar herramientas propias. Pero ahora parecen decididos a participar en la carrera y ganarla.