Nadie es perfecto, pero si evitas estos errores, probablemente no tengas problemas futuros en lo que a dinero se refiere.
Es muy importante combinar retornos de inversión. Cuanto más temprano inviertas, mejor estarás financieramente porque tus inversiones tendrán tiempo de crecer.
Hay muchas razones que explican la crisis del 2007 y 2008 pero una de las principales fue la crisis de las malas hipotecas, que surgió porque una enorme cantidad de gente con préstamos que tenían términos poco favorables. La gente compraba casas con poco dinero en efectivo o nada, con pagos hipotecarios que comenzaron altos y se iban volviendo cada vez más altos. Eso llevó a un caso masivo de remates cuando los compradores no pudieron más pagar las cuotas. Hay que invertir, sí, pero comprando algo que no signifique endeudarse más de lo que uno puede aguantar.
La deuda con una tarjeta de crédito es el peor tipo de deuda. Eso es porque los intereses de la tarjeta tienden a ser tan altos que es difícil bajar lo que uno debe. Eso de las cuotas sin interés también es un truco, porque no cobran interés por el total, pero si uno paga cuotas mensuales corre interés sobre el saldo. Y no queramos saber de cuánto es ese interés.
Muchas veces es un amigo o un pariente quien de otro modo no podría conseguir la plata que necesita de un banco o una institución financiera sin un aval. En general, uno siempre debería decir que no a estos pedidos. Eso es porque avalar un préstamo te hace responsable de pagar la deuda si el tomador del préstamo no honra sus pagos. Esto puede traer enormes problemas financieros para ti y para tu récord financiero.
Si eres joven puedes creer que un seguro de salud es una pérdida de dinero. No tienes enfermedades, haces ejercicios, comes bien. Pero llegas a tener un accidente de auto o te cortas un ligamento jugando al fútbol y tendrás que afrontar gastos inconmensurables. Nadie es invencible.
Si dejas de pagar las mensualidades los intereses se acumulan de manera atroz hasta que tu situación de deuda se vuelve insostenible, pasa al ámbito de un estudio de abogados y entonces hay que pagar, la deuda, los intereses y los honorarios de los abogados. Pero además, quedará una mancha en tu historial financiero para toda la vida.
Son odiosos y uno los siente como injustos, pero aquí ocurre lo mismo que con las cuotas de un préstamo. Si no se pagan, se convierten en una bola de nieve. La AFIP no perdona