Vice Fund, el menos escrupuloso y más rentable del mundo

Alcohol, tabaco, juego, armas y –sospechan los suizos- adicciones menos lícitas han convertido Vice Fund en una de las carteras más rentables del mundo. Y eso que recién está por cumplir cinco trimestres.

9 noviembre, 2003

Según señala la prensa londinense, Vice Fund -¿hace falta traducirlo?- fue creado en el ciberespacio (agosto de 2002) por Mutuals.com. El contraste entre ambos nombres ya es más que una amable ironía.

Tampoco la sede social del grupo (Dallas, Tejas) tranquiliza los espíritus delicados. En esencia, es una administradora de carteras experta en “sacar buenas ganancias en lo que muchos consideran los recovecos más malignos de la economía”, define el semanario “The Economist”.

Pecaminoso, pero redituable. En enero-septiembre –estima la revista “L’expansion”- Vice Fund dio una diferencia de 16,7%. Más que la principal cartera global (Standard&Poor’s 500, 14,5%) o el Dow Jones 30 (12,4%). El medio británico incluye octubre y eleva las proyecciones a 17,3, 15,2 y 13,2%.

Tomando el lapso de enero 1999 a septiembre 2002, los cuatro segmentos hoy cubiertos por el VF venían superando en rédito al promedio total de colocaciones bursátiles neoyorquinas. “Sin importar cómo le vaya en materia de ingresos e inversiones, el público continuará fumando, jugando, bebiendo alcohol y usando armas”, sostiene Daniel Ahrens, que maneja para Mutual.com “carteras socialmente irresponsables”.

Algunos analistas en Londres y Zürich estiman que, fuera de Estados Unidos, el rubro armas no cuenta tanto. Por otra parte, expertos en adicciones subrayan que el tabaco suele conducir a la marihuana y el alcohol a derivados de la coca o el opio. Pero, a diferencia de la bebida y el cigarrillo, la caída de ingresos o el aumento de precios transfieren demanda a substancias de menor calidad.

Igual ocurre con los psicofármacos, “segmento muy importante, pero difícil de diferenciar. Sus fabricantes –explica una fuente canadiense- son farmoquímicas de amplio espectro”. En lo tocante al cigarrillo, parece la adicción más tenaz. Hace poco, Francia elevó casi 100% los impuestos y llevó el atado medio a € 4,50 (15 pesos). De inmediato, florecieron la importación o el contrabando de productos españoles, italianos y hasta alemanes.

El auge de Vice Fund admite varias lecturas. Por ejemplo, coincide con una intensa ofensiva judicial federal y en varios estados de la Unión contra las grandes tabacaleras. RJ Reynolds y la filial norteamericana de British America Tobacco tuvieron que fusionarse en RJR American para sobrevivir.

No obstante, Ahrens cifra sus mejoras esperanzas en las acciones de empresas vinculadas al juego. No tanto las apuestas deportivas o el “turf”, sino los casinos. Las Vegas, Atlantic City y otros emporios de ludópatas son verdaderas uvas para los inversores.

Según señala la prensa londinense, Vice Fund -¿hace falta traducirlo?- fue creado en el ciberespacio (agosto de 2002) por Mutuals.com. El contraste entre ambos nombres ya es más que una amable ironía.

Tampoco la sede social del grupo (Dallas, Tejas) tranquiliza los espíritus delicados. En esencia, es una administradora de carteras experta en “sacar buenas ganancias en lo que muchos consideran los recovecos más malignos de la economía”, define el semanario “The Economist”.

Pecaminoso, pero redituable. En enero-septiembre –estima la revista “L’expansion”- Vice Fund dio una diferencia de 16,7%. Más que la principal cartera global (Standard&Poor’s 500, 14,5%) o el Dow Jones 30 (12,4%). El medio británico incluye octubre y eleva las proyecciones a 17,3, 15,2 y 13,2%.

Tomando el lapso de enero 1999 a septiembre 2002, los cuatro segmentos hoy cubiertos por el VF venían superando en rédito al promedio total de colocaciones bursátiles neoyorquinas. “Sin importar cómo le vaya en materia de ingresos e inversiones, el público continuará fumando, jugando, bebiendo alcohol y usando armas”, sostiene Daniel Ahrens, que maneja para Mutual.com “carteras socialmente irresponsables”.

Algunos analistas en Londres y Zürich estiman que, fuera de Estados Unidos, el rubro armas no cuenta tanto. Por otra parte, expertos en adicciones subrayan que el tabaco suele conducir a la marihuana y el alcohol a derivados de la coca o el opio. Pero, a diferencia de la bebida y el cigarrillo, la caída de ingresos o el aumento de precios transfieren demanda a substancias de menor calidad.

Igual ocurre con los psicofármacos, “segmento muy importante, pero difícil de diferenciar. Sus fabricantes –explica una fuente canadiense- son farmoquímicas de amplio espectro”. En lo tocante al cigarrillo, parece la adicción más tenaz. Hace poco, Francia elevó casi 100% los impuestos y llevó el atado medio a € 4,50 (15 pesos). De inmediato, florecieron la importación o el contrabando de productos españoles, italianos y hasta alemanes.

El auge de Vice Fund admite varias lecturas. Por ejemplo, coincide con una intensa ofensiva judicial federal y en varios estados de la Unión contra las grandes tabacaleras. RJ Reynolds y la filial norteamericana de British America Tobacco tuvieron que fusionarse en RJR American para sobrevivir.

No obstante, Ahrens cifra sus mejoras esperanzas en las acciones de empresas vinculadas al juego. No tanto las apuestas deportivas o el “turf”, sino los casinos. Las Vegas, Atlantic City y otros emporios de ludópatas son verdaderas uvas para los inversores.

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