Viacom ¿un gigante que ya no cree en F&A?

Fruto de una ola de fusiones y adquisiciones, el conglomerado Viacom contempla dar vuelta parte del proceso. Es decir, analiza escindirse por lo menos en dos divisiones autónomas. Eso resolverá problemas de sucesión.

17 marzo, 2005

Según fuentes de la propia empresa, la idea es separar actividades de cine y cable, por un lado, y radiotelevisión (aire) por el otro. Una división, entonces, agruparía la cadena televisual Columbia Broascasting Services (CBS, casi la única parte del antiguo imperio Columbia que no tomó Sony) con la radial Infinity.

Esa futura unidad quedaría en manos de Leslie Moonves, hoy codirector general. La consiguiente filial de cable MTV y Paramount Films formaría una compañía manejada por el otro codirector general, Thomas Freston. A primera vista, no parece muy atinado dividir operaciones de TV en dos entidades separadas. Pero hay una lógica económica.

La escisión de la firma con sede en Nueva York tiende también a resolver la sucesión de Sumner Redstone, presidente ejecutivo. Freston y Moonves vienen compitiendo por el cargo desde mediados de 2004. En ese momento, se retiró el entonces CEO, Melvin Karmazin. En otras palabras, no está claro si la reorganización marca un punto de inflexión respecto de las F&A como estrategia o, sencillamente, una forma elegante de evitar conflictos en la interna directiva.

La primera explicación tiene un fundamento concreto: sacar del marasmo al gigante, especialmente a sus acciones, estancadas justamente desde que culminaran las F&A que formaron Viacom. Accionistas e inversiones reclaman porque negocios tan dinámicos como MTV siguen atados a actividades de lento crecimiento (radio, publicidad externa, parques temáticos).

“La separación en divisiones autónomas y diferenciadas permitirá mejorar la estructura financiera y ofrecer inversiones más atractivas”. Así decía Redstone en un comunicado. De paso, claro, se previenen rivalidades internas.

Según fuentes de la propia empresa, la idea es separar actividades de cine y cable, por un lado, y radiotelevisión (aire) por el otro. Una división, entonces, agruparía la cadena televisual Columbia Broascasting Services (CBS, casi la única parte del antiguo imperio Columbia que no tomó Sony) con la radial Infinity.

Esa futura unidad quedaría en manos de Leslie Moonves, hoy codirector general. La consiguiente filial de cable MTV y Paramount Films formaría una compañía manejada por el otro codirector general, Thomas Freston. A primera vista, no parece muy atinado dividir operaciones de TV en dos entidades separadas. Pero hay una lógica económica.

La escisión de la firma con sede en Nueva York tiende también a resolver la sucesión de Sumner Redstone, presidente ejecutivo. Freston y Moonves vienen compitiendo por el cargo desde mediados de 2004. En ese momento, se retiró el entonces CEO, Melvin Karmazin. En otras palabras, no está claro si la reorganización marca un punto de inflexión respecto de las F&A como estrategia o, sencillamente, una forma elegante de evitar conflictos en la interna directiva.

La primera explicación tiene un fundamento concreto: sacar del marasmo al gigante, especialmente a sus acciones, estancadas justamente desde que culminaran las F&A que formaron Viacom. Accionistas e inversiones reclaman porque negocios tan dinámicos como MTV siguen atados a actividades de lento crecimiento (radio, publicidad externa, parques temáticos).

“La separación en divisiones autónomas y diferenciadas permitirá mejorar la estructura financiera y ofrecer inversiones más atractivas”. Así decía Redstone en un comunicado. De paso, claro, se previenen rivalidades internas.

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