United: una convocatoria en nuevos problemas

Tras quince meses sin mayores inconvenientes, el concurso de UAR (matriz de United Airlines) entra en zona crítica. La firma ha pedido llevar más allá del 30 de junio el plazo para completar la restructuración de la deuda.

18 marzo, 2004

Letrados y auditores de la empresa deben explicar la situación, el viernes 19, al tribunal de bancarrotas, durante una audiencia con el juez Eugene Wedoff. Sin especificar el tiempo adicional que solicitarían, voceros de UAL admitieron que el vencimiento original es imposible de cumplir.

Medios del sector estiman que la compañía solicitará uno o dos meses de prórroga para presentar un plan de reorganización completo. Técnicamente, éste tenía plazo hasta el 8 de abril (un medio feriado). Pasada esa fecha, o sea desde el lunes 12, los acreedores podrán proponer su propio programa, seguramente menos favorable que el de la aerolínea.

La empresa necesita seguir un lapso extra bajo el amparo de la ley federal de concursos y quiebras (título XI), para reducir más la estructura de costos y afinar estrategias de sobrevivencia. Aunque estirar plazos implique millones de dólares en honorarios profesionales. El retraso, empero, les cae mal a los acreedores, que ya pujan entre sí para ver quién ganará más cuando la empresa emita capital fresco.

Letrados y auditores de la empresa deben explicar la situación, el viernes 19, al tribunal de bancarrotas, durante una audiencia con el juez Eugene Wedoff. Sin especificar el tiempo adicional que solicitarían, voceros de UAL admitieron que el vencimiento original es imposible de cumplir.

Medios del sector estiman que la compañía solicitará uno o dos meses de prórroga para presentar un plan de reorganización completo. Técnicamente, éste tenía plazo hasta el 8 de abril (un medio feriado). Pasada esa fecha, o sea desde el lunes 12, los acreedores podrán proponer su propio programa, seguramente menos favorable que el de la aerolínea.

La empresa necesita seguir un lapso extra bajo el amparo de la ley federal de concursos y quiebras (título XI), para reducir más la estructura de costos y afinar estrategias de sobrevivencia. Aunque estirar plazos implique millones de dólares en honorarios profesionales. El retraso, empero, les cae mal a los acreedores, que ya pujan entre sí para ver quién ganará más cuando la empresa emita capital fresco.

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