Unilever y Heineken fueron duramente golpeadas en bolsa

Dos gigantes en productos de consumo fueron muy golpeados al comenzar la semana en Londres y Amsterdam. Heineken cayó 12% y 11% Unilever. Motivo: sus proyecciones de ventas habían sido reducidas drásticamente para este trimestre y todo 2003.

24 junio, 2003

El grupo angloholandés -entre cuyas marcas figuran Dove, Lipton y Domestos-
redujo proyecciones de aumento en ventas de 5/6% a 3 /4% para el lapso abril-junio
y todo el año. Esto creó alarma entre inversores e impactó
en la bolsa londinense y, con menor intensidad, en la holandesa. No obstante,
Unilever insiste en mantener una estimación de dos dígitos para
utilidades básicas por acción en libras constantes. Aunque no ya
para el actual trimestre, sino sólo para el año.

A diferencia de Heineken, es la segunda vez en dos meses que Unilever baja expectativas.
Según lo ven analistas europeos y estadounidenses, el problema es que la
empresa actúa en una industria cuyo grado de madurez excluye tasas atractivas
de crecimiento futuro. Al revés, como lo muestra la prolongada “guerra
mundial de las cervezas”, el sector todavía puede expandirse vía
fusiones, adquisiciones y segmentación por categorías de demanda.

Volviendo a Unilever, esta vez el detonante fue triple: (a) la firma Slim-Fast
-alimentos dietarios- aún no justifica los US$ 2.300 millones pagados por
ella en 2000, (b) algunas cadenas minoristas en Gran Bretaña, Alemania
y Benelux siguen reduciendo inventarios (por ende, compran menos), (c) han disminuido
ventas de perfumes, cosméticos e insumos de restaurantes (que pasaron malos
momentos en varios mercados, a causa de la neumonía atípica).

En cuanto a Heineken, su problema es que el consumo internacional de cervezas
no satisfará, este semestre, las expectativas de la empresa y el sector.
A criterio de la firma, convergen la reciente guerra, la neumonía atípica
en Asia oriental/sudoriental, el clima adverso en América septentrional
y partes de Europa. Por otro lado, la repreciación del euro ha encarecido
varias marcas del grupo en dólares y otras monedas, en beneficio de competidores
locales. Sus rivales británicos SABMiller y Scottish&Newcastle también
cedieron en la bolsa (5% cada una). Un último factor negativo, en cambio,
perjudica a toda la cerveza -y el whisky- en EE.UU. o Francia: ambos países
han acentuado vedas a fumadores en bares, lo cual disminuye la cantidad de clientes
en grandes ciudades.

El grupo angloholandés -entre cuyas marcas figuran Dove, Lipton y Domestos-
redujo proyecciones de aumento en ventas de 5/6% a 3 /4% para el lapso abril-junio
y todo el año. Esto creó alarma entre inversores e impactó
en la bolsa londinense y, con menor intensidad, en la holandesa. No obstante,
Unilever insiste en mantener una estimación de dos dígitos para
utilidades básicas por acción en libras constantes. Aunque no ya
para el actual trimestre, sino sólo para el año.

A diferencia de Heineken, es la segunda vez en dos meses que Unilever baja expectativas.
Según lo ven analistas europeos y estadounidenses, el problema es que la
empresa actúa en una industria cuyo grado de madurez excluye tasas atractivas
de crecimiento futuro. Al revés, como lo muestra la prolongada “guerra
mundial de las cervezas”, el sector todavía puede expandirse vía
fusiones, adquisiciones y segmentación por categorías de demanda.

Volviendo a Unilever, esta vez el detonante fue triple: (a) la firma Slim-Fast
-alimentos dietarios- aún no justifica los US$ 2.300 millones pagados por
ella en 2000, (b) algunas cadenas minoristas en Gran Bretaña, Alemania
y Benelux siguen reduciendo inventarios (por ende, compran menos), (c) han disminuido
ventas de perfumes, cosméticos e insumos de restaurantes (que pasaron malos
momentos en varios mercados, a causa de la neumonía atípica).

En cuanto a Heineken, su problema es que el consumo internacional de cervezas
no satisfará, este semestre, las expectativas de la empresa y el sector.
A criterio de la firma, convergen la reciente guerra, la neumonía atípica
en Asia oriental/sudoriental, el clima adverso en América septentrional
y partes de Europa. Por otro lado, la repreciación del euro ha encarecido
varias marcas del grupo en dólares y otras monedas, en beneficio de competidores
locales. Sus rivales británicos SABMiller y Scottish&Newcastle también
cedieron en la bolsa (5% cada una). Un último factor negativo, en cambio,
perjudica a toda la cerveza -y el whisky- en EE.UU. o Francia: ambos países
han acentuado vedas a fumadores en bares, lo cual disminuye la cantidad de clientes
en grandes ciudades.

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