Shell: otra rebaja de reservas y rumores de compra o fusión

Royal Dutch/Shell redujo otro 10% las reservas cubicadas. Esto irrita a los accionistas y fomenta versiones sobre compra de alguna firma más eficiente. Sola, creen algunos expertos, ya no compite con ExxonMobil ni British Petroleum.

4 febrero, 2005

Se trata de la quinta rebaja de reservas comprobadas en poco más de un año. La compañía hizo el anuncio –con cierta demora- justo después de revelar utilidades récord. Pero debidas a los altos precios del momento y a venta de activos, no a mejor desempeño operativo.

Según el estado del IV trimestre, los ingresos netos sumaban US$ 4.480 millones, más que doblando los 1.900 millones del mismo lapso en 2003. Pero ni sus accionistas ni los inversores europeos se manifestaban impresionados y los papeles de Shell Transport & Trading –ST&T, una de las dos firmas que forman hoy el grupo RD/S- cedieron 1,7% en Londres. Mientras, las de Royal Dutch Petroleum (RDP), su hermana holandesa, bajaban 1,4% en el mercado electrónico Euronext.

El grupo ha ido a los bandazos desde el primer recorte de reservas (20%, en enero de 2004), que promovió un escándalo internacional, acabó con la cúpula británica y un conglomerado único con dos cabezas. Ahora es una empresa doble, con conducciones separadas. La investigación abierta entonces por la Securities & Exchange Commission (SEC, comisión federal de valores) sigue su curso, tras generar multas por unos US$ 150 millones.

Pese a la reorganización, la confianza de los mercados en ST&T/RDP no ha vuelto a los niveles de antaño. Hasta ahora, ha habido pocas señales positivas en materia de exploración –que determina futuros niveles de reservas cubicadas- y producción. Por eso, el buen balance del trimestre anterior no mejoró las cotizaciones accionarias del conjunto.

El comunicado de la doble compañía anuncia que descontará 1.400 millones de barriles de sus reservas declaradas (crudos y gas). Esto excede los 900 millones que –en octubre- puso bajo escrutinio. Desde fines de 2002, pues, la empresa ha reducido en un tercio (5.800 millones de barriles) el total de reservas comprobadas.

El recorte inicial obligó a readiestrar casi 3.000 personas, por orden de la SEC. Ahora, queda otro 10% (del total en octubre de 2004, no en diciembre de 2002) sujeto a revisión. Jeroen van del Veer, el holandés que es presidente ejecutivo de ST&T, prometió que el conjunto se fortalecerá este mismo año, especialmente al entrar en explotación el campo de Kashagán (Kazajstán) y un proyecto de gas licuado en Qatar.

Sin embargo, “no hay señal alguna de recuperación en la empresa”, sostiene la consultora londinense Sanford Bernstein, que califica desempeño y perspectivas de Shell. Varios analistas coinciden, señalando que el grupo va retrasándose mucho ante sus competidores en recuperación de reservas explotadas, índice que mide el ritmo de descubrimientos de crudos y gas (queda entre 15 y 25% respecto de 2004). Nadie cree que, este año, alcance el 100% promedio del sector. Por el contrario, ExxonMobil alcanzó 105% en 2003 y ahí seguía en 2004.

Pese a semejantes disparidades, los directivos del grupo insisten en que promediarán índices de 100% en el quinquenio 2004-8. “Eso sólo sería factible si se comprasen una compañía mucho más productiva que Shell misma”, piensan consultores dentro y fuera de la OPEP o la AIE.

En realidad, es una posibilidad razonable. Debido a la alta liquidez del sector, fruto de un año de precios nominales exorbitantes, Shell generó en 2004 alrededor de US$ 34.900 millones entre operaciones y liquidación de activos. Hoy muestra 6.500 millones de excedentes en caja, luego de hacer inversiones y pagar dividendos. Por otra parte, anticipó que –en 2006- es desprenderá de activos por alrededor de US$ 15.000 millones; entre ellos Basell –una química-, InterGen (una usina eléctrica) y un negocio de gas en Holanda.

Se trata de la quinta rebaja de reservas comprobadas en poco más de un año. La compañía hizo el anuncio –con cierta demora- justo después de revelar utilidades récord. Pero debidas a los altos precios del momento y a venta de activos, no a mejor desempeño operativo.

Según el estado del IV trimestre, los ingresos netos sumaban US$ 4.480 millones, más que doblando los 1.900 millones del mismo lapso en 2003. Pero ni sus accionistas ni los inversores europeos se manifestaban impresionados y los papeles de Shell Transport & Trading –ST&T, una de las dos firmas que forman hoy el grupo RD/S- cedieron 1,7% en Londres. Mientras, las de Royal Dutch Petroleum (RDP), su hermana holandesa, bajaban 1,4% en el mercado electrónico Euronext.

El grupo ha ido a los bandazos desde el primer recorte de reservas (20%, en enero de 2004), que promovió un escándalo internacional, acabó con la cúpula británica y un conglomerado único con dos cabezas. Ahora es una empresa doble, con conducciones separadas. La investigación abierta entonces por la Securities & Exchange Commission (SEC, comisión federal de valores) sigue su curso, tras generar multas por unos US$ 150 millones.

Pese a la reorganización, la confianza de los mercados en ST&T/RDP no ha vuelto a los niveles de antaño. Hasta ahora, ha habido pocas señales positivas en materia de exploración –que determina futuros niveles de reservas cubicadas- y producción. Por eso, el buen balance del trimestre anterior no mejoró las cotizaciones accionarias del conjunto.

El comunicado de la doble compañía anuncia que descontará 1.400 millones de barriles de sus reservas declaradas (crudos y gas). Esto excede los 900 millones que –en octubre- puso bajo escrutinio. Desde fines de 2002, pues, la empresa ha reducido en un tercio (5.800 millones de barriles) el total de reservas comprobadas.

El recorte inicial obligó a readiestrar casi 3.000 personas, por orden de la SEC. Ahora, queda otro 10% (del total en octubre de 2004, no en diciembre de 2002) sujeto a revisión. Jeroen van del Veer, el holandés que es presidente ejecutivo de ST&T, prometió que el conjunto se fortalecerá este mismo año, especialmente al entrar en explotación el campo de Kashagán (Kazajstán) y un proyecto de gas licuado en Qatar.

Sin embargo, “no hay señal alguna de recuperación en la empresa”, sostiene la consultora londinense Sanford Bernstein, que califica desempeño y perspectivas de Shell. Varios analistas coinciden, señalando que el grupo va retrasándose mucho ante sus competidores en recuperación de reservas explotadas, índice que mide el ritmo de descubrimientos de crudos y gas (queda entre 15 y 25% respecto de 2004). Nadie cree que, este año, alcance el 100% promedio del sector. Por el contrario, ExxonMobil alcanzó 105% en 2003 y ahí seguía en 2004.

Pese a semejantes disparidades, los directivos del grupo insisten en que promediarán índices de 100% en el quinquenio 2004-8. “Eso sólo sería factible si se comprasen una compañía mucho más productiva que Shell misma”, piensan consultores dentro y fuera de la OPEP o la AIE.

En realidad, es una posibilidad razonable. Debido a la alta liquidez del sector, fruto de un año de precios nominales exorbitantes, Shell generó en 2004 alrededor de US$ 34.900 millones entre operaciones y liquidación de activos. Hoy muestra 6.500 millones de excedentes en caja, luego de hacer inversiones y pagar dividendos. Por otra parte, anticipó que –en 2006- es desprenderá de activos por alrededor de US$ 15.000 millones; entre ellos Basell –una química-, InterGen (una usina eléctrica) y un negocio de gas en Holanda.

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