Procter & Gamble precisa a Wella para luchar con LOréal

Resuelto a pulir imagen y apuntar a segmentos sociales más altos, Procter & Gamble ha abierto negociaciones para comprar Wella. Pero esto puede costarle entre US$ 5.000 y 6.000 millones... si es que la firma alemana se vende.

7 marzo, 2003

El antiguo y poderoso grupo estadounidense controla ya las líneas Cover Girl (cosmética) y Clairol (productos para el cabello), pero necesita marcas asociadas a usuarios de mayor poder adquisitivo, característica de los alemanes y de su rival, L’Oréal de Paris. De ahí que estas tratativas hayan sido iniciadas por P&G. En la fase actual, los contactos han llegado a las respectivas cúpulas.

En realidad, Wella es el segundo objetivo germano porque, semanas atrás, se estancaron las negociaciones con Beiersdorf, cuya marca clásica es Nivea. Alan G.Lafley, CEO de P&G –también es director en General Electric-, está decidido a expandirse en el “negocio de la belleza”, sin descuidar detergentes ni cuidado de la salud (dos puntos fuertes en EE.UU.). En lo atinente a Wella, su área principal es la de tinturas para uso profesional. En este segmento, tiene 24% del mercado europeo, cerca de L’Oréal (29%).

No obstante, pese a las ansias de Lafley los analistas no vislumbran un acuerdo cercano. Particularmente, porque Wella no está en venta ni tiene motivos para estarlo. La prisa, sin duda, corre por cuenta de P&G, que –desde la adquisición de Clairol en 2001- se halla trabada en dura batalla con su competidora francesa. El problema para Lafley es que L’Oréal goza de amplia ventaja histórica como marca de prestigio entre el público y los profesionales.

El antiguo y poderoso grupo estadounidense controla ya las líneas Cover Girl (cosmética) y Clairol (productos para el cabello), pero necesita marcas asociadas a usuarios de mayor poder adquisitivo, característica de los alemanes y de su rival, L’Oréal de Paris. De ahí que estas tratativas hayan sido iniciadas por P&G. En la fase actual, los contactos han llegado a las respectivas cúpulas.

En realidad, Wella es el segundo objetivo germano porque, semanas atrás, se estancaron las negociaciones con Beiersdorf, cuya marca clásica es Nivea. Alan G.Lafley, CEO de P&G –también es director en General Electric-, está decidido a expandirse en el “negocio de la belleza”, sin descuidar detergentes ni cuidado de la salud (dos puntos fuertes en EE.UU.). En lo atinente a Wella, su área principal es la de tinturas para uso profesional. En este segmento, tiene 24% del mercado europeo, cerca de L’Oréal (29%).

No obstante, pese a las ansias de Lafley los analistas no vislumbran un acuerdo cercano. Particularmente, porque Wella no está en venta ni tiene motivos para estarlo. La prisa, sin duda, corre por cuenta de P&G, que –desde la adquisición de Clairol en 2001- se halla trabada en dura batalla con su competidora francesa. El problema para Lafley es que L’Oréal goza de amplia ventaja histórica como marca de prestigio entre el público y los profesionales.

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