El mismo senado donde pululan micropartidos oportunistas y vitalicios remisos a jubilarse se sumó a un centroizquierda caótico, llevó al fracaso de Marini. A partir de este desenlace, queda poco tiempo para formar una coalición moderada capaz de impedir que Berlusconi, Gianfranco Fini (neofascista) y Umberto Bossi (separatismo norteño) vuelvan a apoderarse del gobierno.
Aunque este grupo pida a gritos elecciones, no parece contar con el apoyo popular que supone. Sindicatos, empresarios, banqueros y hasta el Vaticano –hoy dedicado a imponerse en España y Argentina- le han pedido a Berlusconi cesar en la ofensiva mediática contra una reforma del senado y la ley electora.
Las tensiones italiana recorren Europa occidental. Por ejemplo, el columnista democristiano alemán Wolfgang Münschau propone una “gran coalición” entre el partido Demócrata de Walter Veltroni y nada menos que Forza Italia, populista de derecha. En tren de imaginaciones, el germano sugiere que su jefe sea Mario Draghi, presidente del Banco de Italia (central).
Pero Draghi está muy cerca de Tommaso Padoa-Schioppa (interino de economía) y Luca Cordero Montezemolo, presidente de Confindustria y Fiat. Este último no quiere saber nada con el regreso de Berlusconi. En cuanto al esquema de Münschau, su objeto real parece atacar despiadadamente a Romano Prodi y a Veltroni.
El mismo senado donde pululan micropartidos oportunistas y vitalicios remisos a jubilarse se sumó a un centroizquierda caótico, llevó al fracaso de Marini. A partir de este desenlace, queda poco tiempo para formar una coalición moderada capaz de impedir que Berlusconi, Gianfranco Fini (neofascista) y Umberto Bossi (separatismo norteño) vuelvan a apoderarse del gobierno.
Aunque este grupo pida a gritos elecciones, no parece contar con el apoyo popular que supone. Sindicatos, empresarios, banqueros y hasta el Vaticano –hoy dedicado a imponerse en España y Argentina- le han pedido a Berlusconi cesar en la ofensiva mediática contra una reforma del senado y la ley electora.
Las tensiones italiana recorren Europa occidental. Por ejemplo, el columnista democristiano alemán Wolfgang Münschau propone una “gran coalición” entre el partido Demócrata de Walter Veltroni y nada menos que Forza Italia, populista de derecha. En tren de imaginaciones, el germano sugiere que su jefe sea Mario Draghi, presidente del Banco de Italia (central).
Pero Draghi está muy cerca de Tommaso Padoa-Schioppa (interino de economía) y Luca Cordero Montezemolo, presidente de Confindustria y Fiat. Este último no quiere saber nada con el regreso de Berlusconi. En cuanto al esquema de Münschau, su objeto real parece atacar despiadadamente a Romano Prodi y a Veltroni.