Por fin, Méjico democratiza el aerotransporte

Hasta ayer, Méjico parecía vivir en otro mundo. De India y Europa occidental a Brasil, florecen las líneas áreas baratas. Ahora, los aztecas han descubierto el negocio.

9 agosto, 2005

Durante los últimos diez años, el gobierno mejicano controlaba el cabotaje vía dos empresas estatales. Ese factor y el exclusivismo que caracteriza a la oligarqupia criolls imponían tarifas tan altas que solo los ricos podían pagar. El resto de la gente, por obra y gracia de la “democracia” impuesta desde 1920, viajaba (viaja) sólo en ómnibus.

Parece que esto puede cambiar. El gobierno se halla en proceso de vender Aeroméxico y Mexicana antes de terminar el año (y el mandato de Vicente Fox). Las empresas se ofrecen por separado para generar competencia entre sus eventuales dueños o managers, algo que no sucedía desde mediados de los 90.

Pero lo más interesante es que licitarán licencias para operar hasta cinco aerolíneas con tarifas bajas. Sólo por esa vía será posbible que el mejicano de clase media pueda volar. De paso, surgirán competidores para la media docena de pequeñas líneas centroamericanas dedicadas a la “clase ejecutiva” y las conexiones con Estados Unidos.

Las novedades han atraído –era inevitable- a Carlos Slim Helú, polémico magnate de las comunicaciones, uno de los hombres más ricos (y ostentosos) del mundo. Su banco, Inbursa, anunció días atrás que invertirá en una línea emprendedosa, Vuela. Como se sabe, Slim goza de excelente olfato para negocios que otros aún no imaginan.

Su decisión ha sido interpretada por los analistas como señal de que el aerotransporte privado con descuento pronto operará en Méjico. Como ocurre con Brasil, pionero latinoamericano (sus 8.500.000 km2 eran todo un desafío), hay un vasto mercado potencial: los más de 55 millones de viajes internos en lujosos ómnibus de larga distancia y, en ciertos casos, los 225 millones anuales de parajeros mejicanos que usan servicios de precio común.

También en Brasil, Chile y Argentina los vuelos baratos les quitan demanda al transporte terrestre. Técnicos del gobierno estiman a que el nuevo sistema arrancará aumentando en 15 millones anuales los vuelos de cabotaje. Pero, como Brasil, Méjico dispone de otros dos segmentos potenciales: turismo desde afuera y viajes hacia sus vecinos del Caribe.

Slim Helú no está solo. Otro inversor en gateras es la brasileña Gol Lihhas Aéreas, que tiene apenas cuatro años de actividad. Esta empresa combina los modelos de la norteamericana Southern Airlines y la ersa Ryannair. Básicamente, son muy flexibles a los vaivenes de la demanda, emplean sus máquinas con mayor eficiencia y obtienen más pasajeros por kilómetro que los transportistas convencionales.

A juicio de varios expertos, la competencia será muy dura, pero el mercado mejicano tendrá posibilidades de expandirse más rápido que el brasileño. A su vez, éste puede llegar a incluir el Mercosur, Bolivia y Perú. Se verá si la ex Línea Nacional Chilena, hoy LAN Airlines –una redundancia-, y su expansiva red de subsidiarias en la región se limitan a tarifas normales u optan por competir con Gol.

Quizá Méjico ofrezca pistas al respecto. Una compañía privada, Cintra, acaba de lanzar Click, una opción de bajo precio. Esta línea hace el puente Méjico DF-Ixtapa/Zihuatanejo, unos 450 kilómetros, por US$ 230. Mexicana y Aeroméxico cobran 465. Pero, en el Río de la Plata, una distancia similar (Buenos Aires-Montevideo) cuesta menos de US$ 175… con tarifa común.

Durante los últimos diez años, el gobierno mejicano controlaba el cabotaje vía dos empresas estatales. Ese factor y el exclusivismo que caracteriza a la oligarqupia criolls imponían tarifas tan altas que solo los ricos podían pagar. El resto de la gente, por obra y gracia de la “democracia” impuesta desde 1920, viajaba (viaja) sólo en ómnibus.

Parece que esto puede cambiar. El gobierno se halla en proceso de vender Aeroméxico y Mexicana antes de terminar el año (y el mandato de Vicente Fox). Las empresas se ofrecen por separado para generar competencia entre sus eventuales dueños o managers, algo que no sucedía desde mediados de los 90.

Pero lo más interesante es que licitarán licencias para operar hasta cinco aerolíneas con tarifas bajas. Sólo por esa vía será posbible que el mejicano de clase media pueda volar. De paso, surgirán competidores para la media docena de pequeñas líneas centroamericanas dedicadas a la “clase ejecutiva” y las conexiones con Estados Unidos.

Las novedades han atraído –era inevitable- a Carlos Slim Helú, polémico magnate de las comunicaciones, uno de los hombres más ricos (y ostentosos) del mundo. Su banco, Inbursa, anunció días atrás que invertirá en una línea emprendedosa, Vuela. Como se sabe, Slim goza de excelente olfato para negocios que otros aún no imaginan.

Su decisión ha sido interpretada por los analistas como señal de que el aerotransporte privado con descuento pronto operará en Méjico. Como ocurre con Brasil, pionero latinoamericano (sus 8.500.000 km2 eran todo un desafío), hay un vasto mercado potencial: los más de 55 millones de viajes internos en lujosos ómnibus de larga distancia y, en ciertos casos, los 225 millones anuales de parajeros mejicanos que usan servicios de precio común.

También en Brasil, Chile y Argentina los vuelos baratos les quitan demanda al transporte terrestre. Técnicos del gobierno estiman a que el nuevo sistema arrancará aumentando en 15 millones anuales los vuelos de cabotaje. Pero, como Brasil, Méjico dispone de otros dos segmentos potenciales: turismo desde afuera y viajes hacia sus vecinos del Caribe.

Slim Helú no está solo. Otro inversor en gateras es la brasileña Gol Lihhas Aéreas, que tiene apenas cuatro años de actividad. Esta empresa combina los modelos de la norteamericana Southern Airlines y la ersa Ryannair. Básicamente, son muy flexibles a los vaivenes de la demanda, emplean sus máquinas con mayor eficiencia y obtienen más pasajeros por kilómetro que los transportistas convencionales.

A juicio de varios expertos, la competencia será muy dura, pero el mercado mejicano tendrá posibilidades de expandirse más rápido que el brasileño. A su vez, éste puede llegar a incluir el Mercosur, Bolivia y Perú. Se verá si la ex Línea Nacional Chilena, hoy LAN Airlines –una redundancia-, y su expansiva red de subsidiarias en la región se limitan a tarifas normales u optan por competir con Gol.

Quizá Méjico ofrezca pistas al respecto. Una compañía privada, Cintra, acaba de lanzar Click, una opción de bajo precio. Esta línea hace el puente Méjico DF-Ixtapa/Zihuatanejo, unos 450 kilómetros, por US$ 230. Mexicana y Aeroméxico cobran 465. Pero, en el Río de la Plata, una distancia similar (Buenos Aires-Montevideo) cuesta menos de US$ 175… con tarifa común.

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