Péchiney busca formas de resistir el ataque de Alcan

En otro intento de neutralizar la oferta hostil de Aluminium du Canada, la francesa Péchiney trata de reactivar la división aluminera de Corus Group (holandobritánico). Esto involucra alrededor de € 750 millones.

15 julio, 2003

Según analistas de París, el replanteo forma parte de la estrategia
para defender del ataque canadiense, a su vez una mutación de la "triple
alianza" (Péchiney, Alcan, Algroupe), frustrada en 2000 por la Comisión
Europea. Pero el proyecto no será fácil de llevar a cabo.

Esencialmente, porque Péchiney deberá sortear el mismo obstáculo
que impidió esa compra en marzo: la autoridad antimonopólica de
los Países Bajos. Amsterdam, en realidad, se opone a que Corus se dedique
exclusivamente a siderurgia (idea que Londres no ha objetado, hasta el momento.
A pesar de eso, la firma francesa cree que, ahora, podría reintentar
la operación, por varios motivos; entre ellos uno bastante sospechoso:
Philippe Varin, nuevo CEO de Corus, es francés y proviene de Péchiney.

Varin ha adoptado posiciones más favorables a la empresa gala y menos
proclives a las presiones del gobierno holandés. Por otro lado, apoya
el plan de convertir a Corus en acería "pura", lo cual implica
desprenderse de la división aluminera. Entretanto, Péchiney retiene
una opción exclusiva, por lo cual Corus no puede vender a terceros. Amén
de bloquear a Alcan, su compra le permitiría a Péchiney aumentar
presencia en Holanda y Alemania. A su vez, ello persuadiría a la CE de
rechazar la propuesta Alcan o, por el contrario, hacer que los canadienses aumenten
los magros € 3.400 millones ofrecidos.

Según analistas de París, el replanteo forma parte de la estrategia
para defender del ataque canadiense, a su vez una mutación de la "triple
alianza" (Péchiney, Alcan, Algroupe), frustrada en 2000 por la Comisión
Europea. Pero el proyecto no será fácil de llevar a cabo.

Esencialmente, porque Péchiney deberá sortear el mismo obstáculo
que impidió esa compra en marzo: la autoridad antimonopólica de
los Países Bajos. Amsterdam, en realidad, se opone a que Corus se dedique
exclusivamente a siderurgia (idea que Londres no ha objetado, hasta el momento.
A pesar de eso, la firma francesa cree que, ahora, podría reintentar
la operación, por varios motivos; entre ellos uno bastante sospechoso:
Philippe Varin, nuevo CEO de Corus, es francés y proviene de Péchiney.

Varin ha adoptado posiciones más favorables a la empresa gala y menos
proclives a las presiones del gobierno holandés. Por otro lado, apoya
el plan de convertir a Corus en acería "pura", lo cual implica
desprenderse de la división aluminera. Entretanto, Péchiney retiene
una opción exclusiva, por lo cual Corus no puede vender a terceros. Amén
de bloquear a Alcan, su compra le permitiría a Péchiney aumentar
presencia en Holanda y Alemania. A su vez, ello persuadiría a la CE de
rechazar la propuesta Alcan o, por el contrario, hacer que los canadienses aumenten
los magros € 3.400 millones ofrecidos.

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