Parmalat: un pequeño triunfo de Deutsche Bank sobre Bondi
Deutsche Bank logró que algunas acreencias sobre Parmalat sean aceptadas por Enrico Bondi, interventor ejecutivo en la firma. Esto podría mejorar las perspectivas de otras bancas grandes.
Bondi, que trata de resucitar la actividad industrial del grupo –protagonista del mayor escándalo empresario italiano-, había declinado en julio hacer lugar a cientos de millones de euros en reclamos de bancos. Su decisión se basaba, parcialmente, en la convicción de que esos acreedores conocían los problemas terminales de Parmalat y, pese a ello, siguieron dándole crédito, con lo cual prolongaban el vaciamiento por parte de Calisto Tanzi y su gente.
Según DB, la empresa le debe € 94.200.000, de los cuales Bondi había reconocido sólo 16.900.000. Entretanto, el banco y otros negociaban informalmente con el interventor, aunque –en forma separada- hubiesen solicitado a un juez parmesano resolver algunos reclamos concretos para mediados de noviembre.
Ahora, DB consiguió que Bondi admitiese un segundo reclamo, por € 25.900.000. Si bien esto deja pendientes más de cincuenta millones, el gesto puede ser interpretado por otros acreedores como síntoma de que el interventor ha moderado su postura.
Por supuesto, DB y otras bancas grandes siguen expuestas en varios frentes, inclusive acciones de los temibles fiscales milaneses. Por otro lado, los nuevos términos de reclamo presentados por DB significan un cambio notable en los argumentos jurídicos: ahora se reconocen “serios errores de evaluación” al otorgarse préstamos en 2003.
Otrosí, la decisión de Bondi no le impide radicar nuevas demandas contra Deutsche Bank por daños y perjuicios. Tampoco influye en las demandas contra Bank of America y Citigoup, planteadas en tribunales norteamericanos.
En realidad, aceptar reclamos de acreedores, en el presente contexto judicial, no entraña pagos. En realidad, todavía es preciso determinar precisamente quiénes tendrán acciones y obligaciones en la futura “Nuova Parmalat”. Bondi espera lanzarla en 2005.
Bondi, que trata de resucitar la actividad industrial del grupo –protagonista del mayor escándalo empresario italiano-, había declinado en julio hacer lugar a cientos de millones de euros en reclamos de bancos. Su decisión se basaba, parcialmente, en la convicción de que esos acreedores conocían los problemas terminales de Parmalat y, pese a ello, siguieron dándole crédito, con lo cual prolongaban el vaciamiento por parte de Calisto Tanzi y su gente.
Según DB, la empresa le debe € 94.200.000, de los cuales Bondi había reconocido sólo 16.900.000. Entretanto, el banco y otros negociaban informalmente con el interventor, aunque –en forma separada- hubiesen solicitado a un juez parmesano resolver algunos reclamos concretos para mediados de noviembre.
Ahora, DB consiguió que Bondi admitiese un segundo reclamo, por € 25.900.000. Si bien esto deja pendientes más de cincuenta millones, el gesto puede ser interpretado por otros acreedores como síntoma de que el interventor ha moderado su postura.
Por supuesto, DB y otras bancas grandes siguen expuestas en varios frentes, inclusive acciones de los temibles fiscales milaneses. Por otro lado, los nuevos términos de reclamo presentados por DB significan un cambio notable en los argumentos jurídicos: ahora se reconocen “serios errores de evaluación” al otorgarse préstamos en 2003.
Otrosí, la decisión de Bondi no le impide radicar nuevas demandas contra Deutsche Bank por daños y perjuicios. Tampoco influye en las demandas contra Bank of America y Citigoup, planteadas en tribunales norteamericanos.
En realidad, aceptar reclamos de acreedores, en el presente contexto judicial, no entraña pagos. En realidad, todavía es preciso determinar precisamente quiénes tendrán acciones y obligaciones en la futura “Nuova Parmalat”. Bondi espera lanzarla en 2005.
