Para Carlos Ghosn , es la hora del coche eléctrico

Lo cree quien apuesta su reputación a una era con menos combustibles fósiles: el ejecutivo brasileño de origen árabe, presidente de la alianza Nissan-Renault. Desplegó su postura ante un seminario en la escuela de negocios Wharton.

19 noviembre, 2009

<p>Como lo recordaba, &ldquo;el primer veh&iacute;culo el&eacute;ctrico apareci&oacute; comenzando el siglo XX. Luego desapareci&oacute;, para volver en los a&ntilde;os 50, tornar a desaparecer y regresar en los 70. Ahora ser&aacute; diferente, pues mucho ha cambiado&rdquo;. Tanto que un rival, Toyota, presenta el h&iacute;brido Prius en Argentina. <br />
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A criterio de Ghosn, el factor decisivo es la tecnolog&iacute;a. As&iacute;, &ldquo;las actuales bater&iacute;as son capaces de cumplir funciones que resultaban imposibles todav&iacute;a a mediados de los a&ntilde;os 90&rdquo;. Un segundo elemento es el precio de los hidrocarburos pues, &ldquo;aun con una recesi&oacute;n que persiste en Occidente, el costo del barril volvi&oacute; a picos de US$ 82 hace pocas semanas&rdquo;. Adem&aacute;s, pesa la demanda de pa&iacute;ses emergentes no castigados por la crisis, por ejemplo China, Brasil, Indonesia, etc.<br />
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El tercer factor es, si se quiere, de naturaleza pol&iacute;tica. &ldquo;La industria automotriz mundial origina 14% del di&oacute;xido de carbono emitido&rdquo; sostiene Ghosn. &ldquo;Pero la gente le atribuye 50%. No tenemos, pues, opciones en ese plano&rdquo;.<br />
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En lo tocante al mercado en s&iacute;, el ejecutivo presume que &ldquo;las 700 millones de unidades circulantes hoy pasar&aacute;n a 1.500 millones. M&aacute;xime si la demanda de econom&iacute;as emergentes acompa&ntilde;a los pron&oacute;sticos del sector. Este proceso redundar&aacute; en favor de los coches el&eacute;ctricos, ya que las tendencias regulatorias los ubican por encima de los h&iacute;bridos&rdquo;.<br />
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A partir de 2010, se&ntilde;alaba Ghosn en Wharton, &ldquo;las marcas Nissan y Renault proyectan ofrecer una amplia variedad de veh&iacute;culos enchufables, ya que &ldquo;no nos limitaremos a una sola marca verde y cara. Queremos coches al alcance del usuario promedio, por lo cual ser&aacute; preciso ir achicando la brecha de precios entre autos el&eacute;ctricos y convencionales&rdquo;. <br />
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No obstante, quienes compren veh&iacute;culos el&eacute;ctricos deber&aacute;n gastar US$ 500 o m&aacute;s en log&iacute;stica. En especial, si se trata de empresas o reparticiones de gobierno. Por supuesto, este tipo de coches exigir&aacute; mejorar instalaciones el&eacute;ctricas. En cuanto a las compa&ntilde;&iacute;as de electricidad, deber&aacute;n invertir un m&iacute;nimo de US$ 1.000 por unidad en &ldquo;parqu&iacute;metros&rdquo; urbanos para recargar los veh&iacute;culos… junto a estaciones de servicios. Dejando de lado conflictos iniciales con petroleras, el&eacute;ctricas y autoridades municipales, Ghosn supone que los costos de prestaciones ir&aacute;n cediendo al masificarse la demanda de &ldquo;parqu&iacute;metros&rdquo; proveedores y cargas a usuarios.<br />
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Las opciones existentes por ahora determinar&aacute;n que los autos sean recargados por la noche o cierta cantidad de horas. Los coches saldr&aacute;n con fluido suficiente para recorrer un kilometraje algo superior al que permite un tanque de nafta. <br />
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Obviamente, se librar&aacute;n batallas campales entre los grandes intereses en juego y sus lobistas, particularmente legislativos. Para muestra basta un bot&oacute;n: Ghosn sugiere subsidios para instalar &ldquo;parqu&iacute;metros&rdquo; recargadores, pues los m&aacute;s complejos empezar&aacute;n costando un m&iacute;nimo de US$ 30.000 por unidad. Eso ser&aacute; una tentaci&oacute;n para piratas del asfalto, sin duda. <br />
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Finalmente, hay un problema de fondo. &ldquo;Sin apoyo estatal &ndash;afirma el ejecutivo- ser&aacute; imposible competir con una industria global que fabrica 68 millones de unidades anuales&rdquo;. Por otra parte, el fracaso del protocolo de Kyoto (1992) y su frustr&aacute;neo sucesor de hoy pueden postergar tanto al coche el&eacute;ctrico como al h&iacute;brido.<br />
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En escala empresaria, empero, una binacional al estilo de Nissan-Renault es una ventaja. Aparte de sus componentes japon&eacute;s y franc&eacute;s &ndash;en este orden-, tambi&eacute;n tiene socios autopartistas en Norcorea, Rumania y Rusia. En conjunto, la alianza factur&oacute; m&aacute;s de US$ 100.000 millones y su personal llega a 300.000.<br />
Por varios motivos, comenzando por la proclividad occidental a crisis financieras o burs&aacute;tiles (cuatro desde 1987/8). Ghosn cifra esperanzas en el grupo de econom&iacute;as emergentes alrededor de China, India, Rusia y Brasil. Los pobres resultados obtenidos por Barack Obama en su reciente gira por Asia oriental y sudoriental le dan buenas razones. Subieron 0,3% en octubre los precios minoristas</p>
<p>El costo de vida en Estados Unidos se elev&oacute; 0,3%, m&aacute;s de lo esperado, por influencia de los hidrocarburantes. Entretanto un indicador ficticio ascend&iacute;a 0,2%. Pero este invent&oacute; de la Reserva Federal excluye alimentos y combustibles.</p>
<p>Por ende, el &iacute;ndice &ldquo;pelado&rdquo; satisfizo las proyecciones del banco central, aunque no las del departamento de justicia. Si la brecha continuase abri&eacute;ndose en ese sentido, el gobierno afrontar&iacute;a signos de estanflaci&oacute;n, o sea inflaci&oacute;n con estancamiento. Pero, para ello, el &iacute;ndice normal debiera alejarse mucho m&aacute;s del ficticio que, en realidad, s&oacute;lo tienen en cuenta los analistas de Wall Street.</p>
<p>M&aacute;s inquieto es un dato poco mencionado en Washington. Se trata de las compa&ntilde;&iacute;as petroleras que, desde mediados de 2008 (cuando los crudos llegaron a US$ 147,25 el barril), no acompa&ntilde;aron m&aacute;s que parcialmente un descenso que llev&oacute; el crudo a US$ 37. Semanas atr&aacute;s, al rebotar el barril a US$ 82, la nafta volvi&oacute; al nivel prevalente en junio de 2008.</p>
<p>Un desempleo de 10,2%, pico en veintis&eacute;is a&ntilde;os, y salarios de bolsillo que cedieron 5,2% en septiembre impiden que el sector minorista suba precios. Hay algo curioso: los ingresos individuales est&aacute;n siendo presionados por las petroleras v&iacute;a precio de naftas, sin que el gobierno o el congreso parezcan notarlo.</p>
<p>Benjamin Bernanke, presidente de la RF, en cambio, esgrime su &iacute;ndice pelado para dictaminar que &ldquo;el viento de proa limitar&aacute; el ritmo de la recuperaci&oacute;n. Por ende, las tasas referenciales seguir&aacute;n un largo tiempo en pisos de 0 a 0,25% anual&rdquo;. Mal augurio para Jean-Claude Trichet (Banco Central Europeo) y Mervyn King (banco de Inglaterra), empe&ntilde;ados en deshacer ya los paquetes de est&iacute;mulos fiscales.</p>
<p>Otra se&ntilde;al negativa la aporta el departamento de comercio. En forma totalmente inesperada, informa que las construcci&oacute;n de viviendas cay&oacute; 11% en octubre. Se trata del mayor margen desde abril.</p>
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