Motorola: sube más de 3% por rumores sobre eventual compra

En una rueda nerviosa, los títulos del gigante eran objeto de firme demanda. Desde temprano, versiones encontradas sostenían que (a) podrían adquirirla o, bien, (b) la empresa tomaría una rival más pequeña, Palm Inc. Era una timba.

20 marzo, 2007

Hacia el cierre, surgía otra posibilidad. Algunos analistas sospechan que Carl Icahn, magnate dedicado a especulaciones, había salido de caza y había juntado 2,5% de Motorola, la segunda fabricante mundial de teléfonos. Sus metas: un sillón en el directorio y tiempo para acumular más títulos.

Fiel a su estilo, Icahn sostiene que la compañía debiera emplear su abundante caja (US$ 11.300 millones, a fin de 2006) para recomprar acciones en forma masiva. Al financista poco le interesan razones tecnológicas o industriales, sino dividendos.

Por otra parte, esa masa de liquidez disponible hace creer a otros que Motorola teme ser víctima de una compra apalancada. Vale decir, donde el adquirente –por lo común un fondo experto en el asunto- emite deuda contra activos de la firma a tomar. “Básicamente, creemos que anda dando vueltas una posibilidad de compra apalancada”, presume un informe de Prudential Securities.

Pero esa fuente y otras no descartan que Motorola sea compradora potencial de Palm. Acá aparecen dos problemas distintos. Uno, a Icahn le disgusta que el efectivo se emplee en una toma, no en mejorar dividendos. Otro, Palm poco le aportaría a una empresa cuya gama de productos parece estancada, poco innovadora.

La propia compañía ha emitido señales llamativas. Verbigracia, Edward Zander, su director ejecutivo, acaba de cancelar una importante exposición ante la entidad que representa el negocio inalámbrico, prevista para la semana próxima. Esto indica que algo trascendente está por acontecer.

Hacia el cierre, surgía otra posibilidad. Algunos analistas sospechan que Carl Icahn, magnate dedicado a especulaciones, había salido de caza y había juntado 2,5% de Motorola, la segunda fabricante mundial de teléfonos. Sus metas: un sillón en el directorio y tiempo para acumular más títulos.

Fiel a su estilo, Icahn sostiene que la compañía debiera emplear su abundante caja (US$ 11.300 millones, a fin de 2006) para recomprar acciones en forma masiva. Al financista poco le interesan razones tecnológicas o industriales, sino dividendos.

Por otra parte, esa masa de liquidez disponible hace creer a otros que Motorola teme ser víctima de una compra apalancada. Vale decir, donde el adquirente –por lo común un fondo experto en el asunto- emite deuda contra activos de la firma a tomar. “Básicamente, creemos que anda dando vueltas una posibilidad de compra apalancada”, presume un informe de Prudential Securities.

Pero esa fuente y otras no descartan que Motorola sea compradora potencial de Palm. Acá aparecen dos problemas distintos. Uno, a Icahn le disgusta que el efectivo se emplee en una toma, no en mejorar dividendos. Otro, Palm poco le aportaría a una empresa cuya gama de productos parece estancada, poco innovadora.

La propia compañía ha emitido señales llamativas. Verbigracia, Edward Zander, su director ejecutivo, acaba de cancelar una importante exposición ante la entidad que representa el negocio inalámbrico, prevista para la semana próxima. Esto indica que algo trascendente está por acontecer.

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