Microsoft perdió la apelación a sanciones de la Comisión Europea
El gigante informático mundial deberá acatar sanciones aplicadas, meses atrás, por prácticas restrictivas de la competencia. La corte de primera instancia, Luxemburgo, falló en favor de la Comisión Europea. Muchos no lo esperaban.
El tribunal de alzada, en realidad única instancia antes de llegar a la Corte Suprema, rechazó la apelación de Microsoft y convalidó multas y sanciones impuestas en marzo por el “poder ejecutivo” de la Unión Europea.
El comisionado para defensa de la competencia había encontrado a la empresa responsable de ejercer un virtual monopolio –vía el sistema operativo Windows- sobre las PC del casi todo el mundo. Al aplicarle una multa por € 697 millones, la CE sostuvo que aprovechaba esa hegemonía para imponer “multipaquetes” a fabricantes y usuarios de computadoras.
Además de la multa, la firma impugnaba una serie de medidas que la CE le exigió para eliminar abusos de mercado. “Microsoft no ha demostrado fehacientemente que las reformas impuestas por la CE pudieran causarle daños serios o irreparables a sus negocios”, dictaminó el juez danés Bo Vesterdorf. “Por ende, la apelación queda rechazada en su totalidad”.
La compañía de William Gates declaró que acataría las sanciones y aplicaría las medidas exigidas lo antes posible. Así, desde enero ofrecerá a los fabricantes de PC una versión de Windows XP sin Windows Media Player (música y video) y, además, compartirá ciertas específicaciones hasta ahora secretas con fabricantes de servidores rivales.
Al momento, la empresa no ha resuelto si apelar ese rechazo ante la Corte Suprema, arguyendo que el veredicto de Vesterdorf frustró un arreglo negociado. Pero el magistrado no se mostraba dispuesto a rescindir –por vez primera en la historia de la UE- una decisión ejecutiva de esta trascendencia.
Irónicamente, el motor de todo eso, Mario Monti, fue reemplazado como defensor de la competencia por la holandesa Nellie Kroes, conocida gestora de grandes compañías norteamericanas. En ella confiaban las huestes de Gates, pero el dictamen jurídico frustró un posible levantamiento de sanciones. Otro curioso factor es que Italia no haya pedido la continuación de Monti por necesidades políticas de Silvio Berlusconi.
El tribunal de alzada, en realidad única instancia antes de llegar a la Corte Suprema, rechazó la apelación de Microsoft y convalidó multas y sanciones impuestas en marzo por el “poder ejecutivo” de la Unión Europea.
El comisionado para defensa de la competencia había encontrado a la empresa responsable de ejercer un virtual monopolio –vía el sistema operativo Windows- sobre las PC del casi todo el mundo. Al aplicarle una multa por € 697 millones, la CE sostuvo que aprovechaba esa hegemonía para imponer “multipaquetes” a fabricantes y usuarios de computadoras.
Además de la multa, la firma impugnaba una serie de medidas que la CE le exigió para eliminar abusos de mercado. “Microsoft no ha demostrado fehacientemente que las reformas impuestas por la CE pudieran causarle daños serios o irreparables a sus negocios”, dictaminó el juez danés Bo Vesterdorf. “Por ende, la apelación queda rechazada en su totalidad”.
La compañía de William Gates declaró que acataría las sanciones y aplicaría las medidas exigidas lo antes posible. Así, desde enero ofrecerá a los fabricantes de PC una versión de Windows XP sin Windows Media Player (música y video) y, además, compartirá ciertas específicaciones hasta ahora secretas con fabricantes de servidores rivales.
Al momento, la empresa no ha resuelto si apelar ese rechazo ante la Corte Suprema, arguyendo que el veredicto de Vesterdorf frustró un arreglo negociado. Pero el magistrado no se mostraba dispuesto a rescindir –por vez primera en la historia de la UE- una decisión ejecutiva de esta trascendencia.
Irónicamente, el motor de todo eso, Mario Monti, fue reemplazado como defensor de la competencia por la holandesa Nellie Kroes, conocida gestora de grandes compañías norteamericanas. En ella confiaban las huestes de Gates, pero el dictamen jurídico frustró un posible levantamiento de sanciones. Otro curioso factor es que Italia no haya pedido la continuación de Monti por necesidades políticas de Silvio Berlusconi.
