Microsoft: adiós final a las opciones remuneratorias

“Adiós al viejo truco con opciones accionarias”, decía un columnista de CNN, tiempo atrás. No era para menos: Microsoft ha dejado formalmente de emplearlas como forma de remuneración o bonificación. Especialmente a ejecutivos.

14 octubre, 2004

Ya se sabía, pero se ha confirmado: Microsoft -cuyas opciones a la compra de acciones hicieron ricos a miles de empleados y jerárquicos, ya no las otorgará. Entre otras cosas, porque ha empezado a dar dividendos. En reemplazo de las opciones, bonificará a su planta estable (unas 50.000 personas) con acciones de venta restringida.

Ello significa que esos papeles sólo podrán enajenarse o canjearse tras determinado plazo y únicamente si el tenedor continúa en relación de dependencia. Al mismo tiempo, la compañía de William Gates ofrece a empleados y ex empleados que retengan opciones la posibilidad de venderlas. Pero quienes acepten (nadie está legalmente obligado a hacerlo) obtendrán bastante menos de lo que podrían ganar si ejerciesen sus derechos al vencimiento.

Esto es un hito y trasunta las crecientes presiones contra el uso de ese recurso para incentivar al personal. Sobre todo, a los directivos. Por otra parte, el “viejo” truco no es tal, pues su auge arranca recién de 1997 y es un factor más en la imprudente burbuja de la “nueva economía”, las puntocom y otras “manías exuberantes”. Hasta 1996, en efecto, menos de 2% del personal percibía opciones.

Tomando compañías cotizantes, bancas y firmas de valores en Wall Street, el fenómeno recién toma vuelo en 1997: 9% del grupo bonificó ese año con opciones por US$ 4.000 a 5.000 millones. Las fuentes de datos –Thomson Financial/Datastream, National Center for Employee Ownership- admiten que muchas empresas retacean información o la retocan.

En 2002, ya era 15% de cotizantes y el monto de opciones accionarias estaba entre US$ 7.000 y 10.000 millones. Algunos consultores independientes, que prefieren la discreción, estiman que el pico real fue en 2001 (24% de las firmas, alrededor de US$ 18.000 millones; todo un dislate). También creen que, desde 1999, los montos verdaderos se han mantenido casi 30% sobre los informados.

Microsoft es clave en el área más proclive a esa clase de incentivos, Silicon Valley. Además, excluyendo las compañías “click” (Internet), la vanguardia tecnológica tiene un rasgo que agrava los efectos negativos de las opciones remuneratorias: salvo algunos gigantes, el resto no suele dar utilidades en libros.

En el plano general y según los fundamentos de la ley Sarbanes-Oxley, los dictámenes de la Securities & Exchange Commission y una serie de sentencias judiciales, el abuso del pago con opciones fomentó la “generación de ejecutivos codiciosos y sin escrúpulos que ha puesto en crisis el modelo de negocios norteamericano” (Warren Buffett, George Soros).

Ya se sabía, pero se ha confirmado: Microsoft -cuyas opciones a la compra de acciones hicieron ricos a miles de empleados y jerárquicos, ya no las otorgará. Entre otras cosas, porque ha empezado a dar dividendos. En reemplazo de las opciones, bonificará a su planta estable (unas 50.000 personas) con acciones de venta restringida.

Ello significa que esos papeles sólo podrán enajenarse o canjearse tras determinado plazo y únicamente si el tenedor continúa en relación de dependencia. Al mismo tiempo, la compañía de William Gates ofrece a empleados y ex empleados que retengan opciones la posibilidad de venderlas. Pero quienes acepten (nadie está legalmente obligado a hacerlo) obtendrán bastante menos de lo que podrían ganar si ejerciesen sus derechos al vencimiento.

Esto es un hito y trasunta las crecientes presiones contra el uso de ese recurso para incentivar al personal. Sobre todo, a los directivos. Por otra parte, el “viejo” truco no es tal, pues su auge arranca recién de 1997 y es un factor más en la imprudente burbuja de la “nueva economía”, las puntocom y otras “manías exuberantes”. Hasta 1996, en efecto, menos de 2% del personal percibía opciones.

Tomando compañías cotizantes, bancas y firmas de valores en Wall Street, el fenómeno recién toma vuelo en 1997: 9% del grupo bonificó ese año con opciones por US$ 4.000 a 5.000 millones. Las fuentes de datos –Thomson Financial/Datastream, National Center for Employee Ownership- admiten que muchas empresas retacean información o la retocan.

En 2002, ya era 15% de cotizantes y el monto de opciones accionarias estaba entre US$ 7.000 y 10.000 millones. Algunos consultores independientes, que prefieren la discreción, estiman que el pico real fue en 2001 (24% de las firmas, alrededor de US$ 18.000 millones; todo un dislate). También creen que, desde 1999, los montos verdaderos se han mantenido casi 30% sobre los informados.

Microsoft es clave en el área más proclive a esa clase de incentivos, Silicon Valley. Además, excluyendo las compañías “click” (Internet), la vanguardia tecnológica tiene un rasgo que agrava los efectos negativos de las opciones remuneratorias: salvo algunos gigantes, el resto no suele dar utilidades en libros.

En el plano general y según los fundamentos de la ley Sarbanes-Oxley, los dictámenes de la Securities & Exchange Commission y una serie de sentencias judiciales, el abuso del pago con opciones fomentó la “generación de ejecutivos codiciosos y sin escrúpulos que ha puesto en crisis el modelo de negocios norteamericano” (Warren Buffett, George Soros).

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