Halliburton: surgen nuevas irregularidades en Irak

El grupo de servicios petroleros vinculado a Richard Cheney sigue investigado por el Pentágono y la ONU. Ahora, por una adjudicación directa, cuestionada por auditores de Defensa, cartera que ocupa Donald Rumsfeld, amigo del vicepresidente.

15 diciembre, 2004

Pero el problema es que la novedad no fue revelada por autoridades norteamericanas ni, mucho menos, la propia empresa (que se siente intocable, al amparo de Cheney, eminencia gris de George W.Bush y su gabinete). La fuente de información, según Reuters, es una instancia reguladora exterior.

Se trata de la International Advising & Overseeing Board (junta internaciolal de asesoramiento y supervisión). La entidad recibió cinco auditorías hechas sobre contratos por un total de US$ 812 millones. Firmadas en 2003 por el gobierno de ocupación en Bagdad, “muestran evaluaciones técnicas erróneas o insuficientes, tasaciones exageradas, costos sin justificación o excesivos”.

Como se sabe, el grupo tejano –que suele operar en Irak vía una subsidiaria, KBR- estaba presidido por Cheney, hasta que debió pasar a la Casa Blanca (enero de 2001). Pero el alto funcionario continuó gestionando negocios “fáciles” para la firma, hábito muy extendido en el actual gobierno.

La conducta de varios ejecutivos del Pentágono trasluce claramente la influencia de Cheney o sus operadores. Según la junta, “demoraron siete meses en elevar las auditorías, después de serles solicitadas. Aun así, censuraron datos que, a su criterio, podían afectar derechos de la compañía. Pero no tuvieron presente que esta entidad no suele filtrar secretos”.

Obviamente, la demora respondía a un fin político: impedir que esas irrgularidades se difundiesen en medio de la campaña electoral. La junta es una instancia creada por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Su misión consiste en vigilar el manejo de recursos no renovales iraquíes por parte de los ocupantes.

Pero el problema es que la novedad no fue revelada por autoridades norteamericanas ni, mucho menos, la propia empresa (que se siente intocable, al amparo de Cheney, eminencia gris de George W.Bush y su gabinete). La fuente de información, según Reuters, es una instancia reguladora exterior.

Se trata de la International Advising & Overseeing Board (junta internaciolal de asesoramiento y supervisión). La entidad recibió cinco auditorías hechas sobre contratos por un total de US$ 812 millones. Firmadas en 2003 por el gobierno de ocupación en Bagdad, “muestran evaluaciones técnicas erróneas o insuficientes, tasaciones exageradas, costos sin justificación o excesivos”.

Como se sabe, el grupo tejano –que suele operar en Irak vía una subsidiaria, KBR- estaba presidido por Cheney, hasta que debió pasar a la Casa Blanca (enero de 2001). Pero el alto funcionario continuó gestionando negocios “fáciles” para la firma, hábito muy extendido en el actual gobierno.

La conducta de varios ejecutivos del Pentágono trasluce claramente la influencia de Cheney o sus operadores. Según la junta, “demoraron siete meses en elevar las auditorías, después de serles solicitadas. Aun así, censuraron datos que, a su criterio, podían afectar derechos de la compañía. Pero no tuvieron presente que esta entidad no suele filtrar secretos”.

Obviamente, la demora respondía a un fin político: impedir que esas irrgularidades se difundiesen en medio de la campaña electoral. La junta es una instancia creada por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Su misión consiste en vigilar el manejo de recursos no renovales iraquíes por parte de los ocupantes.

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