Google, una acción demasiado cara para el público

Los precios logrados por Google en la oferta pública inicial parecen desmedidos y refirman temores de varios analistas. En teoría dirigida al inversor común, la acción es cara y lo mantiene a raya. El negocio tampoco seduce grandes operadores.

9 agosto, 2004

¿Qué puede ocurrir si, en efecto, el pequeño rentista no se coloca en el mayor motor de búsqueda en Internet? Hasta ahora, revelan cifras de la consultora Dealogic, se nota escaso interés de la gente en la espectacular subasta de acciones, que se inicia esta misma semana. Varios asesores, comisionistas e intermediarios bursátiles detectan un marcado cambio de clima desde el jueves.

“Es un papel demasiado caro”, sostienen clientes y potenciales inversores. Uno de ellos pensaba colocar US$ 30.000 pero, según señala la firma de valores Morgan Stanley, ahora desiste a causa del “precio exagerado” (US$ 108 a 135 por acción). Este tipo de reacciones preocupa a Google y a los intermediarios.

Por ejemplo, uno de Miami tenía cien compradores potenciales y, hoy, ninguno parece dispuesto a arriesgarse. En general, pasa lo de siempre cuando a OPI alcanza niveles altos: la gente teme que esos precios empiecen a ceder. A su vez, eso genera el habitual “efecto manada” y todo se torna una profecía autocumplida.

Para frenar eso, algunos comisionistas presionan contra las propias cotizaciones del lanzamiento. Al notarlo, este fin de semana, la propia Google barajaba la posibilidad de colocar sus papeles al precio mínimo (US$ 108) e, inclusive, a niveles menores. En una OPI convencional, eso sería tan inusitado como suicida. Pero este es un caso peculiar, pues el sistema de remate –tomado del portal especializado eBay- deja que los propios inversores definan el valor final de las acciones.

El registro de interesados por 24.600.000 papeles ordinarios se abrió el 30 de julio y, según creen los expertos, esta fase concluirá antes del viernes. La próxima, las acciones empiezan a cotizarse en los paneles de la National Association of Security Dealers (NASD). No obstante, los colocadores principales –Crédit Suisse First Boston, Morgan Stanley- podrían estirar los plazos. Ni Google ni ellos han querido responder preguntas de los medios, actitud que crea desconfianza entre potenciales compradores.

“A más de cien dólares, Google cuesta mucho. Lo más sensato sería reubicarla entre US$ 94 y 96”, afirman informes de Nomura Securities, Well Auctioned y otras firmas de valores.

¿Qué puede ocurrir si, en efecto, el pequeño rentista no se coloca en el mayor motor de búsqueda en Internet? Hasta ahora, revelan cifras de la consultora Dealogic, se nota escaso interés de la gente en la espectacular subasta de acciones, que se inicia esta misma semana. Varios asesores, comisionistas e intermediarios bursátiles detectan un marcado cambio de clima desde el jueves.

“Es un papel demasiado caro”, sostienen clientes y potenciales inversores. Uno de ellos pensaba colocar US$ 30.000 pero, según señala la firma de valores Morgan Stanley, ahora desiste a causa del “precio exagerado” (US$ 108 a 135 por acción). Este tipo de reacciones preocupa a Google y a los intermediarios.

Por ejemplo, uno de Miami tenía cien compradores potenciales y, hoy, ninguno parece dispuesto a arriesgarse. En general, pasa lo de siempre cuando a OPI alcanza niveles altos: la gente teme que esos precios empiecen a ceder. A su vez, eso genera el habitual “efecto manada” y todo se torna una profecía autocumplida.

Para frenar eso, algunos comisionistas presionan contra las propias cotizaciones del lanzamiento. Al notarlo, este fin de semana, la propia Google barajaba la posibilidad de colocar sus papeles al precio mínimo (US$ 108) e, inclusive, a niveles menores. En una OPI convencional, eso sería tan inusitado como suicida. Pero este es un caso peculiar, pues el sistema de remate –tomado del portal especializado eBay- deja que los propios inversores definan el valor final de las acciones.

El registro de interesados por 24.600.000 papeles ordinarios se abrió el 30 de julio y, según creen los expertos, esta fase concluirá antes del viernes. La próxima, las acciones empiezan a cotizarse en los paneles de la National Association of Security Dealers (NASD). No obstante, los colocadores principales –Crédit Suisse First Boston, Morgan Stanley- podrían estirar los plazos. Ni Google ni ellos han querido responder preguntas de los medios, actitud que crea desconfianza entre potenciales compradores.

“A más de cien dólares, Google cuesta mucho. Lo más sensato sería reubicarla entre US$ 94 y 96”, afirman informes de Nomura Securities, Well Auctioned y otras firmas de valores.

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