Fútbol: la FIFA cubre riesgos, la UEFA no paga impuestos

La FIFA nuevamente emitirá deuda para proteger inversiones en una copa mundial. La entidad contrató a CSFB para timonear la colocación de € 400 millones.Entretanto, la UEFA ontiene ventajas tributarias.

2 septiembre, 2003

Al parecer, el convenio –con vistas al certamen de 2006- ya ha sido inicialado por Crédit Suisse First Boston y la cúpula de la Federación Internacional del Fútbol Asociado, con sede en Zürich. Los detalles fueron difundidos por la revista especializada EuroWeek (Londres).

Esta vez, los riesgos recaerán sobre el mercado de capitales –es decir, los inversores institucionales-, no ya sobre las reaseguradoras. Los casos extremos son postergación y cancelación de partidos o del propio certamen, aunque lo normal hubiese sido cubrirse contra desastres naturales.

Estos papeles se conocen desde 2002 como “bonos catastróficos”. Por entonces, la aseguradora francesa Axa debió cancelar pólizas contra las finales en Japón y Surcorea, luego de que la FIFA se negara a renegociar cláusulas, tras los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.

La variedad de sedes y subsedes típicas de la copa mundial han ido elevando los costos de seguros. Antes de la cancelación de 2002, su conjunto sumaba € 850 millones. El factor técnicamente conocido como “riesgo de transferencia a alternativas” tiende a pesar cada vez más en aquellos costos y las aseguradores se resisten a cubrir campeonatos mayores.

En cuanto a la Unión Europea del Fútbol Asociado (UEFA), se ha desatado una polémica en Francia, Alemania e Italia por presuntos privilegios tributarios. Algunos medios objetan desgravaciones fiscales –básicamente, en el impuesto al valor agregado- a clubes que participen en campeonatos dentro de la Eurozona.

Debe recordarse que el IVA es uno de los tributos que se aplican en escala de Eurolandia (o sea, los doce socios de la Unión Europea adherentes a la moneda común). Quienes defienden a la UEFA (generalmente intereses vinculados al negocio) señalan que ningún país miembros les cobra IVA a los clubes. “Pésima costumbre, que sería imposible en Estados Unidos, donde el deporte profesional es más poderoso y rico”, opina el semanario “The Economist”.

Las ventajas tributarias tiene una explicación típica: la UEFA, igual que la FIFA, tienen sede social en Suiza. O sea, una especie de “offshore” pero, irónicamente, un país futbolísticamente sin relevancia. Además, como se ha visto en dos recientes escándalos italianos –certificaciones falsas en primera A, insolvencia en la B-, Suiza es ideal para lavar sobornos y pagar en negro.

Al parecer, el convenio –con vistas al certamen de 2006- ya ha sido inicialado por Crédit Suisse First Boston y la cúpula de la Federación Internacional del Fútbol Asociado, con sede en Zürich. Los detalles fueron difundidos por la revista especializada EuroWeek (Londres).

Esta vez, los riesgos recaerán sobre el mercado de capitales –es decir, los inversores institucionales-, no ya sobre las reaseguradoras. Los casos extremos son postergación y cancelación de partidos o del propio certamen, aunque lo normal hubiese sido cubrirse contra desastres naturales.

Estos papeles se conocen desde 2002 como “bonos catastróficos”. Por entonces, la aseguradora francesa Axa debió cancelar pólizas contra las finales en Japón y Surcorea, luego de que la FIFA se negara a renegociar cláusulas, tras los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.

La variedad de sedes y subsedes típicas de la copa mundial han ido elevando los costos de seguros. Antes de la cancelación de 2002, su conjunto sumaba € 850 millones. El factor técnicamente conocido como “riesgo de transferencia a alternativas” tiende a pesar cada vez más en aquellos costos y las aseguradores se resisten a cubrir campeonatos mayores.

En cuanto a la Unión Europea del Fútbol Asociado (UEFA), se ha desatado una polémica en Francia, Alemania e Italia por presuntos privilegios tributarios. Algunos medios objetan desgravaciones fiscales –básicamente, en el impuesto al valor agregado- a clubes que participen en campeonatos dentro de la Eurozona.

Debe recordarse que el IVA es uno de los tributos que se aplican en escala de Eurolandia (o sea, los doce socios de la Unión Europea adherentes a la moneda común). Quienes defienden a la UEFA (generalmente intereses vinculados al negocio) señalan que ningún país miembros les cobra IVA a los clubes. “Pésima costumbre, que sería imposible en Estados Unidos, donde el deporte profesional es más poderoso y rico”, opina el semanario “The Economist”.

Las ventajas tributarias tiene una explicación típica: la UEFA, igual que la FIFA, tienen sede social en Suiza. O sea, una especie de “offshore” pero, irónicamente, un país futbolísticamente sin relevancia. Además, como se ha visto en dos recientes escándalos italianos –certificaciones falsas en primera A, insolvencia en la B-, Suiza es ideal para lavar sobornos y pagar en negro.

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