Llamados a la unidad y austeridad en otra cumbre del Mercosur

Los mandatarios presentes en la cumbre coincidieron en la necesidad de fortalecer el bloque. Criticaron el sentido que se le había dado a la integración en la década pasada. El único anuncio concreto fue la firma de un TLC con Israel.

19 diciembre, 2007

El tono de la nueva Cumbre de Presidentes del Mercosur, realizada este martes
en Montevideo, se pareció muy poco al encuentro del 9 de diciembre en Buenos
Aires, cuando, bajo un clima de euforia, se anunció la creación
del Banco del Sur.

En esta oportunidad, se destacaron austeros llamados a la unidad y críticas
a las políticas neoliberales de años anteriores, que apenas velaron
las tensiones de un bloque regional en crecimiento. Un hecho importante: un
día antes, el Congreso del oficialista Frente Amplio uruguayo votó
categóricamente a favor de que Uruguay se mantenga adentro del Mercosur.
De esta forma, se opacaron las tentativas del sector encabezado por el ministro
de Economía charrúa, Danilo Astori, que pretendía que el
gobierno uruguayo firmase un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, como
el que acordó la última semana el gobierno peruano presidido por
Alan García.

“No” a un bloque de “empleados y subordinados”

La presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, no recibió
esta vez la banda ni el bastón presidencial; pero sí obtuvo el
martillo y la tablita del Mercosur. Fue su par uruguayo, Tabaré Vázquez,
el encargado de traspasarle estos dos objetos que simbolizan la asunción
de la presidencia pro-témpore del Mercosur, que la tendrá encabezando
el bloque durante los próximos seis meses.

Ya como presidenta temporal del bloque, según informó la agencia
Télam, la mandataria argentina consideró que el “el Mercosur
pudo resistir a la adopción de políticas neoliberales en el Cono
Sur”. Reconoció que la región tiene “desafíos
importantes”, tales como el conflicto por la ya famosas “asimetrías”
y también la “integración productiva”. Además,
destacó la importancia de avanzar en obras de infraestructura regionales
y llamó a “trabajar fuertemente” en la eliminación del
doble arancel.

Asimismo, denunció a aquellos sectores que buscan un bloque de “empleados
y subordinados”. Fernández de Kirchner advirtió: “Muchas
veces vamos a sufrir, como lo estamos sufriendo en estos momentos, interferencias,
por llamarlo de algún modo generoso en términos diplomáticos
o eufemísticamente”, de parte de aquellos “que solamente quieren
países empleados o subordinados, y no ventienden la política de
amistad que sí entendemos los pueblos de Latinoamérica”.

Asimismo, Cristina de Kirchner llamó a “seguir luchando por la profundización”
del Mercosur y a “seguir abogando por un mundo multipolar”; ya que
recordó que “el unilateralismo ha creado sólo tragedia, dolor
e inseguridad en el mundo contemporáneo”.

En la misma sintonía, el presidente paraguayo, Nicanor Duarte Frutos,
criticó a quienes “intentaron la muerte del Mercosur”, quienes
“decían que en esta cumbre se iba a consagrar la defunción
del Mercosur”; y manifestó su “optimismo” en la consolidación
de un bloque regional con “mayor compromiso social”.

A la vez, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, dijo que su país
seguirá “esperando con paciencia” ingresar al bloque. A pesar
de que los presidentes declararon su intención de que el país
bolivariano se incorpore pronto como miembro pleno, su admisión sigue
trabada en el Congreso de Brasil. Chávez también criticó
“a la helada noche neoliberal”.

La presidenta de Chile (país asociado al Mercosur), Michelle Bachelet,
subrayó la importancia del bloque como forma de integración y
repitió una frase utilizada días atrás en Bolivia en el
sentido de que “la unidad hace la fuerza”. La mandataria explicó:
“estamos ante mucho más que un bloque comercial, es un proceso de
integración regional, y debe servir para que nuestra voz se pueda escuchar”
ante el mundo.

En tanto, en medio de un conflicto que pone en peligro no sólo al gobierno
boliviano sino a la unidad del país del Altiplano, el presidente Evo
Morales agradeció a sus pares el apoyo ante lo que considera “una
intromisión extranjera que promueven algunos grupos que no quieren el
cambio”. El presidente de origen aymará afirmó que “el
gobierno boliviano no atenta contra la democracia ni hay una política
que viola los derechos humanos” y atacó a grupos xenófobos
que no pueden digerir ser gobernados por una persona perteneciente a las mayorías
indígenas de Bolivia: “Algunos grupos nos marginan, nos excluyen;
el racismo todavía existe, sigue vigente”, advirtió.

Políticas bilaterales

La XXXIV Cumbre del Consejo del Mercado Común y el nuevo encuentro de
presidentes, dio lugar a breves reuniones o guiños bilaterales. En primer
lugar, contra lo que muchos esperaban, el presidente uruguayo no devolvió
las palabras “bastante infortunadas” (al decir de la vicecanciller
de Uruguay, Belela Herrera) de la presidenta argentina. Se refería a
la acusación que hizo Cristina de Kirchner, durante la asunción
presidencial, contra el vecino rioplatense, por haber violado el Tratado del
Río Uruguay con la instalación de la empresa pastera Botnia.

En esta cumbre, la mandataria le dedicó a Vázquez gestos y palabras
conciliadoras, antes de estrecharse en un abrazo. Agradeció al “gobierno
y al pueblo uruguayo” la “hospitalidad” con la que fue recibida
y confesó que recibió con “mucha alegría” las
declaraciones del presidente uruguayo sobre “su pertenencia, su elección
cultural, política e histórica de este espacio que es América
del Sur, y de este espacio concreto que es el Mercosur”.

Por otra parte, los cancilleres de Brasil y Argentina acordaron “hacer
operativos los mecanismos de alto nivel” generados, en el reciente encuentro
en Brasilia, entre los ahora respectivos primeros mandatarios. Uno de los temas
prioritarios a consensuar es la fecha de visita del presidente brasilero, Lula
da Silva, a la Argentina, en ocasión de la primera de las dos reuniones
de trabajo anuales acordadas en Brasilia.

Asimismo, Cristina Fernández de Kirchner se reunió con su única
compañera de género en las presidencias, la primera mandataria
chilena, Michelle Bachelet. Ya habían mantenido un encuentro durante
la ronda de reuniones bilaterales tras la asunción de la presidenta argentina,
hace dos semanas.

Finalmente, la cumbre de presidentes del Mercosur dejó dos hechos más:
por un lado, un nuevo apoyo de los Jefes de Estado al reclamo argentino por
las Islas Malvinas y el rechazó de la pretensión británica
de incluir a las mismas, en el Tratado Constitutivo de la Unión Europea,
como “territorios de ultramar”; por el otro, el acuerdo comercial
del bloque con Israel; el primer TLC con un país no americano. Según
este acuerdo firmado, durante los primeros cuatro años las exportaciones
israelíes a los cuatro países sudamericanos tendrán una
tasa aduanera 40% más baja y se eliminará a los diez años
para los productos industriales y agrícolas.

El tono de la nueva Cumbre de Presidentes del Mercosur, realizada este martes
en Montevideo, se pareció muy poco al encuentro del 9 de diciembre en Buenos
Aires, cuando, bajo un clima de euforia, se anunció la creación
del Banco del Sur.

En esta oportunidad, se destacaron austeros llamados a la unidad y críticas
a las políticas neoliberales de años anteriores, que apenas velaron
las tensiones de un bloque regional en crecimiento. Un hecho importante: un
día antes, el Congreso del oficialista Frente Amplio uruguayo votó
categóricamente a favor de que Uruguay se mantenga adentro del Mercosur.
De esta forma, se opacaron las tentativas del sector encabezado por el ministro
de Economía charrúa, Danilo Astori, que pretendía que el
gobierno uruguayo firmase un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, como
el que acordó la última semana el gobierno peruano presidido por
Alan García.

“No” a un bloque de “empleados y subordinados”

La presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, no recibió
esta vez la banda ni el bastón presidencial; pero sí obtuvo el
martillo y la tablita del Mercosur. Fue su par uruguayo, Tabaré Vázquez,
el encargado de traspasarle estos dos objetos que simbolizan la asunción
de la presidencia pro-témpore del Mercosur, que la tendrá encabezando
el bloque durante los próximos seis meses.

Ya como presidenta temporal del bloque, según informó la agencia
Télam, la mandataria argentina consideró que el “el Mercosur
pudo resistir a la adopción de políticas neoliberales en el Cono
Sur”. Reconoció que la región tiene “desafíos
importantes”, tales como el conflicto por la ya famosas “asimetrías”
y también la “integración productiva”. Además,
destacó la importancia de avanzar en obras de infraestructura regionales
y llamó a “trabajar fuertemente” en la eliminación del
doble arancel.

Asimismo, denunció a aquellos sectores que buscan un bloque de “empleados
y subordinados”. Fernández de Kirchner advirtió: “Muchas
veces vamos a sufrir, como lo estamos sufriendo en estos momentos, interferencias,
por llamarlo de algún modo generoso en términos diplomáticos
o eufemísticamente”, de parte de aquellos “que solamente quieren
países empleados o subordinados, y no ventienden la política de
amistad que sí entendemos los pueblos de Latinoamérica”.

Asimismo, Cristina de Kirchner llamó a “seguir luchando por la profundización”
del Mercosur y a “seguir abogando por un mundo multipolar”; ya que
recordó que “el unilateralismo ha creado sólo tragedia, dolor
e inseguridad en el mundo contemporáneo”.

En la misma sintonía, el presidente paraguayo, Nicanor Duarte Frutos,
criticó a quienes “intentaron la muerte del Mercosur”, quienes
“decían que en esta cumbre se iba a consagrar la defunción
del Mercosur”; y manifestó su “optimismo” en la consolidación
de un bloque regional con “mayor compromiso social”.

A la vez, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, dijo que su país
seguirá “esperando con paciencia” ingresar al bloque. A pesar
de que los presidentes declararon su intención de que el país
bolivariano se incorpore pronto como miembro pleno, su admisión sigue
trabada en el Congreso de Brasil. Chávez también criticó
“a la helada noche neoliberal”.

La presidenta de Chile (país asociado al Mercosur), Michelle Bachelet,
subrayó la importancia del bloque como forma de integración y
repitió una frase utilizada días atrás en Bolivia en el
sentido de que “la unidad hace la fuerza”. La mandataria explicó:
“estamos ante mucho más que un bloque comercial, es un proceso de
integración regional, y debe servir para que nuestra voz se pueda escuchar”
ante el mundo.

En tanto, en medio de un conflicto que pone en peligro no sólo al gobierno
boliviano sino a la unidad del país del Altiplano, el presidente Evo
Morales agradeció a sus pares el apoyo ante lo que considera “una
intromisión extranjera que promueven algunos grupos que no quieren el
cambio”. El presidente de origen aymará afirmó que “el
gobierno boliviano no atenta contra la democracia ni hay una política
que viola los derechos humanos” y atacó a grupos xenófobos
que no pueden digerir ser gobernados por una persona perteneciente a las mayorías
indígenas de Bolivia: “Algunos grupos nos marginan, nos excluyen;
el racismo todavía existe, sigue vigente”, advirtió.

Políticas bilaterales

La XXXIV Cumbre del Consejo del Mercado Común y el nuevo encuentro de
presidentes, dio lugar a breves reuniones o guiños bilaterales. En primer
lugar, contra lo que muchos esperaban, el presidente uruguayo no devolvió
las palabras “bastante infortunadas” (al decir de la vicecanciller
de Uruguay, Belela Herrera) de la presidenta argentina. Se refería a
la acusación que hizo Cristina de Kirchner, durante la asunción
presidencial, contra el vecino rioplatense, por haber violado el Tratado del
Río Uruguay con la instalación de la empresa pastera Botnia.

En esta cumbre, la mandataria le dedicó a Vázquez gestos y palabras
conciliadoras, antes de estrecharse en un abrazo. Agradeció al “gobierno
y al pueblo uruguayo” la “hospitalidad” con la que fue recibida
y confesó que recibió con “mucha alegría” las
declaraciones del presidente uruguayo sobre “su pertenencia, su elección
cultural, política e histórica de este espacio que es América
del Sur, y de este espacio concreto que es el Mercosur”.

Por otra parte, los cancilleres de Brasil y Argentina acordaron “hacer
operativos los mecanismos de alto nivel” generados, en el reciente encuentro
en Brasilia, entre los ahora respectivos primeros mandatarios. Uno de los temas
prioritarios a consensuar es la fecha de visita del presidente brasilero, Lula
da Silva, a la Argentina, en ocasión de la primera de las dos reuniones
de trabajo anuales acordadas en Brasilia.

Asimismo, Cristina Fernández de Kirchner se reunió con su única
compañera de género en las presidencias, la primera mandataria
chilena, Michelle Bachelet. Ya habían mantenido un encuentro durante
la ronda de reuniones bilaterales tras la asunción de la presidenta argentina,
hace dos semanas.

Finalmente, la cumbre de presidentes del Mercosur dejó dos hechos más:
por un lado, un nuevo apoyo de los Jefes de Estado al reclamo argentino por
las Islas Malvinas y el rechazó de la pretensión británica
de incluir a las mismas, en el Tratado Constitutivo de la Unión Europea,
como “territorios de ultramar”; por el otro, el acuerdo comercial
del bloque con Israel; el primer TLC con un país no americano. Según
este acuerdo firmado, durante los primeros cuatro años las exportaciones
israelíes a los cuatro países sudamericanos tendrán una
tasa aduanera 40% más baja y se eliminará a los diez años
para los productos industriales y agrícolas.

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