Ford vende a pérdida

Este año, Ford Motor -segunda automotriz de EE.UU.- deberá reducir más costos, incluso laborales, para mantener los incentivos a la venta. Ya no puede elevar precios para cubrir descuentos y estímulos financieros a los compradores.

21 mayo, 2003

Como sucede en el resto de la actividad, Ford no está en condiciones
de aumentar el precio de venta de la mayoría de sus modelos para compensar
el impacto de los incentivos -descuentos, desembolsos, financiamientos casi
gratuitos-, a su vez consecuencia de una larga guerra de precios dentro del
sector y con los competidores extranjeros. Dicho de otro modo, se vende a pérdida.

Hablando con analistas especializados en Detroit, Nicholas Scheele (director
operativo de FM) admitió que “la competencia usando incentivos se
torna cada vez más dura y nos obliga a hacer recortes en todo tipo de
costos”. En otras palabras, la industria automotriz están trabada
en una guerra como la que -hace algunos años- casi termina con el negocio
aerocomercial.

En el caso de FM, los estímulos se centran en las marcas Ford, Lincoln
y Mercury. Los rivales son, claro, General Motors y DaimlerChrysler. Pero la
sombra de Toyota Motor se yergue sobre los tres grandes norteamericanos. En
medio de la guerra sectorial, “las pérdidas de Ford acumularon US$
6.430 millones en 2001 y 2002”, revela un informe de la consultora CSM
Worldwide. “Las cosas no mejorarán si Ford y los otros insisten
en aumentar incentivos, pero sin poder elevar precios”. El problema no
se limita a EE.UU., pues en la Unión Europea también se aplican
descuentos para disputar participación de mercado en coches y camiones.

Como sucede en el resto de la actividad, Ford no está en condiciones
de aumentar el precio de venta de la mayoría de sus modelos para compensar
el impacto de los incentivos -descuentos, desembolsos, financiamientos casi
gratuitos-, a su vez consecuencia de una larga guerra de precios dentro del
sector y con los competidores extranjeros. Dicho de otro modo, se vende a pérdida.

Hablando con analistas especializados en Detroit, Nicholas Scheele (director
operativo de FM) admitió que “la competencia usando incentivos se
torna cada vez más dura y nos obliga a hacer recortes en todo tipo de
costos”. En otras palabras, la industria automotriz están trabada
en una guerra como la que -hace algunos años- casi termina con el negocio
aerocomercial.

En el caso de FM, los estímulos se centran en las marcas Ford, Lincoln
y Mercury. Los rivales son, claro, General Motors y DaimlerChrysler. Pero la
sombra de Toyota Motor se yergue sobre los tres grandes norteamericanos. En
medio de la guerra sectorial, “las pérdidas de Ford acumularon US$
6.430 millones en 2001 y 2002”, revela un informe de la consultora CSM
Worldwide. “Las cosas no mejorarán si Ford y los otros insisten
en aumentar incentivos, pero sin poder elevar precios”. El problema no
se limita a EE.UU., pues en la Unión Europea también se aplican
descuentos para disputar participación de mercado en coches y camiones.

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