Ford: adiós a Aston Martín ¿después se irán otras marcas caras?

Tras idas y vueltas, Ford Motor vendió el control de Aston Martin. Pero accionistas e inversores no se conforman. Ahora van por Land Rover y Jaguar, otros dos lujos británicos de accidentada historia.

13 marzo, 2007

Resulta irónico que, de todas maneras, las ventas de Aston Martin –el primer coche usado por 007, cuando no era la caricatura actual- han ido subiendo de 1.500 unidades en 2001 a más de 4.500 en 2006. Lo malo es que las características de Ford Motor no congenian con marcar europeas de lujo.

Por el contrario, fondos de capital privado (especulan con compras apalancadas) muestran creciente interés en esos negocios. No era casual que, mientras Ford vendía AM, Blackstone Group y Cerberus –dos tiburones de primera clase- fuesen tras Chrysler Group, firmas de autopartes y divisiones financieras. Entre ellas, las que eran de General Motors.

No cabe dudas de que muchos apuntan a Jaguar, Land Rover y, claro, Volvo. Pero Ford niega posibilidades de vender esas tres marcas, aunque cada vez con menos énfasis. Ocurre que Jaguar (sedanes, deportivos) y Land Rover (camionetas todoterreno de alto precio) comparten poquísimas sinergìas con Ford. Desprenderse de ellas seria bueno para las deprimidas acciones del grupo.

Según se confirmó el lunes, Aston Martin pasa a ser controlada por un empresario del ramo (David Richard) y su firma, Prodrice, a cambio de US$ 850 millones. Ford retendrá una participación de 77 millones. Jefffries & Co., la banca de inversión que representa al adquirente, señaló que Ford no dio nada a entender sobre Jaguar y LR. Pero no descarta una eventual venta, obligada por las circunstancias.

Entretanto, hay un factor innegable: las marcas de lujo y semilujo despiertan más interés en el mercado de fusiones y adquisiciones que los autos comunes. En el caso de AM, hubo treinta interesados. A partir de ahora, los analistas creen que sólo es cuestión de tiempo hasta que Ford se deshaga de su grupo Premier, creado en 1999 para aprovechar la demanda. De 2003 a 2006, esta división perdió US$ 925 millones. Sólo la joya de la corona, Volvo, registrará en 2007 las primeras ganancias en cuatro años. En 2006, Ford sufrió un déficit de US$ 12.600 millones, sin precedentes nominales en Detroit. Respecto de Volvo, el gobierno sueco retiene una “acción de oro” (veto), pues la considera una “marca de bandera”.

Resulta irónico que, de todas maneras, las ventas de Aston Martin –el primer coche usado por 007, cuando no era la caricatura actual- han ido subiendo de 1.500 unidades en 2001 a más de 4.500 en 2006. Lo malo es que las características de Ford Motor no congenian con marcar europeas de lujo.

Por el contrario, fondos de capital privado (especulan con compras apalancadas) muestran creciente interés en esos negocios. No era casual que, mientras Ford vendía AM, Blackstone Group y Cerberus –dos tiburones de primera clase- fuesen tras Chrysler Group, firmas de autopartes y divisiones financieras. Entre ellas, las que eran de General Motors.

No cabe dudas de que muchos apuntan a Jaguar, Land Rover y, claro, Volvo. Pero Ford niega posibilidades de vender esas tres marcas, aunque cada vez con menos énfasis. Ocurre que Jaguar (sedanes, deportivos) y Land Rover (camionetas todoterreno de alto precio) comparten poquísimas sinergìas con Ford. Desprenderse de ellas seria bueno para las deprimidas acciones del grupo.

Según se confirmó el lunes, Aston Martin pasa a ser controlada por un empresario del ramo (David Richard) y su firma, Prodrice, a cambio de US$ 850 millones. Ford retendrá una participación de 77 millones. Jefffries & Co., la banca de inversión que representa al adquirente, señaló que Ford no dio nada a entender sobre Jaguar y LR. Pero no descarta una eventual venta, obligada por las circunstancias.

Entretanto, hay un factor innegable: las marcas de lujo y semilujo despiertan más interés en el mercado de fusiones y adquisiciones que los autos comunes. En el caso de AM, hubo treinta interesados. A partir de ahora, los analistas creen que sólo es cuestión de tiempo hasta que Ford se deshaga de su grupo Premier, creado en 1999 para aprovechar la demanda. De 2003 a 2006, esta división perdió US$ 925 millones. Sólo la joya de la corona, Volvo, registrará en 2007 las primeras ganancias en cuatro años. En 2006, Ford sufrió un déficit de US$ 12.600 millones, sin precedentes nominales en Detroit. Respecto de Volvo, el gobierno sueco retiene una “acción de oro” (veto), pues la considera una “marca de bandera”.

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